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Julia Isabel recibió la llamada más confortante de su vida, la tarde del pasado martes. Una voz a 17 mil kilómetros de distancia le dijo por el auricular: Hija, ya estoy en Nayaf, no te preocupés. Era su esposo, el sargento Rommel Neftaly Moreira Gámez, que le hablaba desde esa ciudad iraquí, luego de permanecer tres días en Bagdad tras recibir asistencia médica en Kuwait. Él me habló y me dijo que no nos preocupáramos, que estaba bien. Y que allá todos estaban bien también, dice mientras lee un ejemplar de LA PRENSA GRÁFICA que informa sobre el traslado de Bagdad a Nayaf del soldado. Julia Isabel manifiesta su alegría al escribir una carta que será enviada a su esposo destacado en Iraq, mientras Stanley Roberto, de año y medio de edad y segundo hijo del matrimonio, duerme profundamente sobre un sofá. La esposa del militar, tras conocer la odisea vivida por su marido, asegura que ahora está más tranquila porque su esposo ya está integrado al batallón Cuscatlán. Estoy más tranquila. Mi esposo ya está con la gente que él conoce y le entiende su idioma. Gracias a Dios todos están juntos, dijo Julia Isabel. Su agradecimiento también va para el periodista de LA PRENSA GRAFICA , Carlos Dada, que informó sobre el caso del sargento Moreira Gámez, tras arribar a Bagdad, el pasado fin de semana. El señor Dada es un ángel que Dios preparó para mi esposo. De no haber sido por él, quizá yo no supiera nada de mi esposo. Para mí, él estaba en Kuwait o en Alemania recibiendo asistencia médica, dice. Julia Isabel, una cristiana, dice que ahora no sólo lleva a su
esposo en oración, sino que también a Dada. La mejor
forma de agradecerle al señor Dada, es llevarlo en oración.
Aquí estamos orando, manifiesta la señora. |
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