EL RETOÑO. Ana Doris Jiménez luce más contenta sosteniendo a su hijo que cuando despidió a su esposo en Comalapa.

El militar es parte de los 360 militares que viajaron a Iraq

Un niño espera al sargento Rivera

Ena Rivas
mundo@laprensa.com.sv

Fue una de las despedidas más emotivas en el aeropuerto porque su esposa estaba a unas semanas para dar a luz. El niño nació cuatro días después.


 

La felicidad que siente Ana Doris Jiménez por la llegada de su primer hijo se empaña a ratos por la lejanía del padre, el sargento Milton Edgardo Rivera, quien se encuentra en Iraq junto a otros 359 compatriotas.

El pequeño Milton Anderson nació el pasado 16 de agosto, once días antes de lo previsto por el médico y de lo que sus padres esperaban. Y fue justamente en esa fecha que Rivera llamó desde Kuwait para tener noticias de su familia. “Yo estaba en el hospital, pero mi padre le contó que el niño ya había nacido”, relató Doris emocionada y sin poder contener las lágrimas.

Según la joven de 23 años, el sargento Rivera, de 26 años, ha telefoneado cuatro veces desde el 12 agosto, fecha en que partió para integrarse a la brigada Plus Ultra, que trabajará en tareas de reconstrucción.

“La ultima vez que hablé con él fue el sábado pasado (23), y en eso el niño comenzó a llorar. Cuando lo escuchó me dijo que por favor se lo cuidara mucho hasta que él regresara”, comentó Doris, al momento que su piel blanca se tornaba roja y sus lágrimas brotaban de nuevo, con más dolor que emoción.

Las pocas noticias que Doris ha podido escuchar sobre algunos atentados en Iraq la han puesto un poco inquieta. Su angustia se agudiza al pensar que él ya está en Iraq y todo será más difícil. “Cuando hablé con él, la comunicación se cortaba y él me dijo que quizá ya no me podría hablar más porque era muy caro y la comunicación era muy mala”, dice.

Otra preocupación que le abate es el choque cultural que están viviendo su esposo y sus compañeros. Según Doris, él le comentó que estaba enfermo a raíz del intenso calor, lo que le había ocasionado problemas en la piel. Además, sufría otros malestares estomacales.

Doris vive con sus padres y otros parientes que la apoyan en Jujutla, Ahuachapán. Personal del Estado Mayor ha estado pendiente del nacimiento de Milton Anderson y de las necesidades de la familia.