Fotos de LA PRENSA/Carlos Dada, enviado especial
POCA ACTIVIDAD. La plaza de las mezquitas, en el centro de Karbala, lucía ayer con menos actividad que de costumbre. Los adornos eran la única huella de los millones que abarrotaron el lugar para la fiesta del Shabaniya.

Chiitas se atrincheran en mezquitas de Karbala

Carlos Dada, enviado especial
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Mandos salvadoreños, hondureños y estadounidenses se han reunido a puerta cerrada para discutir cómo reaccionar a las amenazas de Al Sadr.
   


Karbala, Iraq. No hay forma de entrar a esta ciudad santa. Todas las carreteras están cerradas por tropas de la coalición. Los miles de peregrinos que intentan ingresar a Karbala se ven obligados a dar la media vuelta.

Tropas búlgaras o polacas se han apostado sobre las carreteras y cruzado tanques y carros blindados, con “la orden del comandante de no dejar entrar a nadie”, según dijo el custodio en una entrada.

Hombres armados, seguidores del clérigo chiita Mukhtada al Sadr, seguían ayer atrincherados en la mezquita de Mahmudiya. Toda la zona permanecía acordonada.

Soldados búlgaros que patrullaban la ciudad dijeron ayer a LA PRENSA GRÁFICA que los enfrentamientos habían cesado. En la mezquita, sin embargo, había armamento pesado como lanzagranadas RPG-7.

La plaza de las mezquitas de Karbala, en la que se sitúan los templos de Husayn, y la de su hermano Al Abas, estaba extraordinariamente vacía por el riguroso control de las tropas búlgaras. Los templos permanecían cerrados.

En tensión

“No podemos entrar, porque si nos disparan vamos a responder, y hacerlo en un lugar sagrado puede provocar la ira de la población”, dijo uno de los oficiales europeos.

Los enfrentamientos comenzaron la noche del martes, cuando un grupo de seguidores de Al Sadr ingresó a una mezquita y tomó a dos clérigos como rehenes, lo que provocó la ira de buena parte de la población de Karbala.

La situación degeneró en un intercambio de fuego que dejó al menos seis muertos y decenas de heridos, aunque la policía local no quiso confirmar la cifra. Versiones de testigos indican que esa cifra puede ser mucho mayor.

Las milicias de Al Sadr se han visto envueltas en violentos sucesos durante las últimas semanas, mientras su líder continúa impulsando un gobierno autoproclamado y exigiendo la salida de las tropas de la coalición.

Ayer, el teniente coronel Sabino Monterroza, comandante del batallón Cuscatlán, se reunió a puertas cerradas con el jefe de la Policía de Nayaf para coordinar cómo hacer frente a las advertencias del religioso Al Sadr.

Un día antes, Monterroza se reunió en el campamento hondureño con el general Ricardo Sánchez, comandante en jefe de las fuerzas de la coalición, para discutir la tensa situación en la zona.

Fuentes militares sospechan que el armamento utilizado en Karbala provenía de Nayaf, y que los vehículos con armas y el arsenal descubierto por la patrulla salvadoreña durante el choque con las milicias de Sadr podría haber sido el descubrimiento de un tráfico de armas en la región.


 

ACAC