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Nayaf no se inmuta ante los ataques mundo@laprensa.com.sv La ciudad chiita ve los sucesos al norte de Iraq muy distantes. Los salvadoreños lo vieron por la televisión. |
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Nayaf. Sentados frente al televisor, algunos soldados salvadoreños veían anoche las imágenes del helicóptero derribado en Faluya, transmitidas por la televisión española. Eran pocos, porque
la mayoría de los que no tenían guardia ni andaban patrullando estaban reunidos en el patio, en una improvisada sesión de baile latino que reunió a unos cien soldados salvadoreños y de los Estados Unidos. Mientras la tensión se elevaba en Bagdad y Faluya; aquí, en Nayaf, la situación está tan tranquila que anoche en Camp Baker hubo fiesta. El Ramadán, que ha intensificado los ataques contra tropas de la coalición al norte de Iraq, ha tenido el efecto contrario en esta región. Un periódico local titulaba con la última prédica del jefe espiritual de Nayaf, el ayatola Alí Sistani, cuyas palabras son una orden para los pobladores: “Sistani pide a la coalición desarmar a las milicias”. Un día antes, en la mezquita de Kufa, el inquieto Mukhtada Al Sadr bajó por fin la guardia, en su primera prédica del mes sagrado musulmán. Ni siquiera mencionó a la coalición, y se dedicó a pedir a los iraquíes que permanezcan unidos. Entre armas y fervor religioso Las noticias que llegan de Bagdad parecen provenir de otro país. De uno lleno de bombas, muertos, sangre y misiles. Aquí se vive otra realidad por estos días. Una de fervor religioso, de mezquitas a reventar de gente y de ventas callejeras haciendo un buen negocio. La “Hawza”, el máximo consejo religioso chiita, habló seriamente con Mukhtada Al Sadr y le dijo que cesara sus ataques verbales contra la coalición, y así lo hizo el joven religioso. Ahora el máximo problema en las calles es un grupo de gente armada, que amenaza a los vendedores de Kufa por sospechas de venta de alcohol o de juegos de azar, y que ha decidido tomarse la justicia en sus propias manos. Un problema nuevo y serio, pero un juego de niños comparado con la situación de la capital iraquí. “Lo vemos y nos preocupa, pero eso difícilmente va a pasar aquí pronto. Porque en Nayaf no queremos problemas”, explica Muthana, un joven estudiante de Nayaf. Pero aún en estas circunstancias, el batallón Cuscatlán pasó buena parte de la tarde transmitiendo de boca en boca la noticia del helicóptero, con evidente preocupación. “A ver cuándo nos toca a nosotros”, comentaba un soldado al recibir la noticia. “Lo peor no es que se lo hayan bajado, sino que la gente celebra.” Y la celebración, según parece, se extiende aún hacia aquéllos que apoyan a la coalición. Un joven iraquí de Nayaf cree que los atacantes son unos héroes: “Si los Estados Unidos tienen todos esos soldados y no pueden defenderse, entonces la resistencia ha hecho un buen trabajo, y eso significa que Estados Unidos no ha hecho nada. Porque Sadam no podía, con su ejército, derribar un helicóptero. Y esta gente sí. No estoy de acuerdo con lo que hacen, pero son unos héroes”. FMLN no tiene el respaldo para el regreso de tropas
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