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Juan Martínez Varela llegó ayer
a Nayaf Una repentina tormenta de arena, que recibió al ministro en el desierto, lo obligó a cambiar la ruta de viaje trazada. Antes de viajar a Nayaf, el militar salvadoreño visitó al mando de la brigada Plus Ultra en Babilonia. |
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Nayaf.
Amaneció extrañamente frío en Iraq. El cielo tapado,
algunas gotas cayendo y todo el alto mando del batallón Cuscatlán
corriendo de un lado a otro para tener en punto la llegada del ministro.
El coronel Sabino Monterroza partió con un convoy hacia Babilonia, sede de la brigada multinacional y lugar donde aterrizaría el ministro de Defensa, general Juan Antonio Martínez Varela, según el itinerario. Se fue temprano, pero igual de pronto el aire de Nayaf se pintó de rojo y comenzaron a sentirse las astillas que deja en la piel una tormenta de arena cuando azota. El viento soplaba con fuerza y las gotas se convirtieron en lluvia. Es imposible volar así, dijo el mayor Romero. A ver si no cambian los planes. Y los planes cambiaron. Cambio de ruta El ministro de Defensa voló desde Kuwait hasta la base de Talel, al sur de Iraq. Desde ahí se trasladaría en helicóptero hasta Babilonia. Pero esperaron, y esperaron, hasta que los helicópteros dijeron que no despegarían jamás. Tres horas después, en Camp Baker, se prepararon varios vehículos para una nueva misión. Y Monterroza regresó a Nayaf. El ministro sería trasladado a Diwaniya en automóvil, y ahí se encontraría con la comandancia del batallón Cuscatlán. Los vehículos partieron en medio del temporal. Las palmeras datileras se mecían de un lado al otro a orillas de la carretera, junto a las decenas de canales acuíferos hijos del Éufrates. Los Humvee, que no tienen puertas para agilizar la evacuación de sus tripulantes, sirvieron de butacas para una empapada fenomenal, mezcla de lluvia y arena. Llegamos con la ropa negra, sólo del lado que daba hacia el exterior, y el otro impecable, apenas salpicado de unas cuantas gotas. Y ahí esperamos, y esperamos, hasta que por fin, a las 7 de la noche, siete horas después de lo programado, el general Juan Antonio Martínez Varela y el jefe del Estado Mayor, general Héctor Gutiérrez, se bajaron de los vehículos españoles que los trasladaron a Diwaniya, y estrecharon la mano del batallón Cuscatlán. Dejaron en San Salvador los trajes militares de gala y los sacos y corbatas, y llegaron con el mismo uniforme que porta el batallón Cuscatlán. El ministro, aunque sea por unas horas, está en campaña. Reunión en Diwaniya Martínez Varela se quedó poco tiempo en Diwaniya, apenas lo necesario para saludar al general Cardona, comandante de la brigada Plus Ultra, y compartir un vino con él. Los carros arrancaron, ya sin ninguna de las dos tormentas, y terminaron llegando a Nayaf a las 9 de la noche hora iraquí (12 meridiano hora salvadoreña). El ministro saludó entonces a la tropa, debidamente formada, y se fue a descansar. No pudo haber escogido otro día para venir. Arribó a Iraq el día que comenzó el invierno, y recortó las horas para conocer este lugar. La misión salvadoreña estará, en total, 40 horas en Iraq, que amenaza con seguir pintado de amarillo mojado.
Salarios y relevo de la tropa Los soldados destacados en Nayaf expresaron su preocupación por el pago extra que reciben por estar en Iraq y por la fecha exacta del arribo del contingente que llegará a relevarlos. Los $200 El relevo |
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