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Ministro de Defensa
deja un Iraq en grave crisis mundo@laprensa.com.sv El militar confirmó que el relevo del batallón Cuscatlán se hará durante la primera quincena de febrero. |
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La delegación
militar salvadoreña concluyó ayer una breve y accidentada
visita a Iraq y se encuentra ya camino a San Salvador. El ministro de Defensa, Juan Antonio Martínez Varela, y el jefe del Estado Mayor, Héctor Gutiérrez Velázquez, se declararon satisfechos del trabajo de las tropas salvadoreñas en Nayaf, y confirmaron que el relevo se llevará a cabo la primera quincena de febrero. Ambos, acompañados de los coroneles Calidonio y López Rosales, que tomarán el comando del contingente que vendrá en esas fechas, comprobaron la volatilidad de este país, al ser obligados a posponer un día su retorno debido al atentado suicida de Nasiriya, que el miércoles se cobró la vida de 16 soldados italianos y nueve iraquíes. Los helicópteros tampoco recibieron ayer autorización para trasladar a la delegación desde Nayaf hasta la base aérea de Talil, a unos cinco kilómetros de Nasiriya, por lo que la los militares salvadoreños tuvieron que trasladarse por tierra con una escolta de vehículos militares en un viaje que recorrió la mitad del sur del país. No fueron los únicos afectados. Mientras ellos intentaban salir de Nayaf, el ministro hondureño de Defensa, Federico Brevé Travieso, tuvo que hacer dos viajes a Iraq desde Kuwait en menos de 24 horas, sin poder trasladarse al campamento del batallón Xatruch en la ciudad de Nayaf. Ayer, ambos ministros se encontraron brevemente en Talil, y el convoy que dejó a Martínez Varela se llevó por fin a Brevé hasta Nayaf. “El atentado de Nasiriya retrasó nuestra salida y trastornó nuestros planes”, confirmó Brevé. “Estuvimos esperando aquí en Talil durante varias horas y tuvimos que regresar a Kuwait en un avión. Volvimos hoy por la mañana y nos ha obligado a posponer el regreso.” Ambos ministros lucían cansados tras un día de cambios de planes para reprogramar un itinerario largamente planeado en San Salvador y Tegucigalpa, que se estrelló con la realidad iraquí. Las huellas del atentado La base aérea de Talil extremó las medidas de seguridad tras una larga jornada iniciada con la bomba en Nasiriya. Se cancelaron muchos vuelos y traslados, y varios helicópteros sobrevolaban la zona. Algunos militares estadounidenses llevaban más de 24 horas sin dormir e intentaban retornar al orden y la normalidad en los itinerarios y el control de pasajeros. Nasiriya ha cambiado el panorama de las tropas multinacionales, confirmando que la resistencia iraquí ha ampliado sus blancos de ataque más allá de los uniformes estadounidenses, y que la violencia no es patrimonio exclusivo del norte del país. “Ahora sí estamos rodeados”, dijo ayer por la mañana un oficial salvadoreño en Nayaf, una ciudad que hasta ahora ha permanecido en relativa calma. El ministro de Defensa de El Salvador reconoció ayer que hace falta acelerar el proceso de reconstrucción en Iraq para “que la gente se dé cuenta rápido de que hay verdaderos cambios en sus vidas tras la caída de Sadam Husein”.
[Tikrit]
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