|
Problemas frecuentes
|
La coalición no desempeña al 100%
sus tareas por falta de seguridad, según el análisis
hondureño. |
|
La cabo
Yamileth Meza asegura no haber sufrido ningún tipo de acoso sexual
en los casi dos meses en que ha estado conviviendo, encerrada, con la tropa
masculina de su país. Es una de las cinco mujeres que forman parte
del Xatruch, compuesto por 360 oficiales hondureños.
Cada una de ellas, cuando habla con un AK-47 al hombro
y una nueve milímetros en la bolsa, parece más peligrosa que
sus compañeros. “No nos acosan porque nos damos a respetar”, dice
firme la cabo Meza, y nadie se atreve a contradecirla. “Nos tratan como
a todos los demás y no hay ningún tipo de discriminación.”
Entre las oficiales hondureñas hay una subteniente,
una suboficial, la cabo Meza y dos soldados. Y todas se ven muy jóvenes,
rondando los 20 años.
También nicaragüenses
Ella, sin embargo, no piensa en esto como una carrera
militar. “No todo el tiempo será estar en un batallón, esto
no es para toda la vida. Ahorita porque estoy soltera. Si hubiera tenido
novio ni siquiera hubiera venido, porque me dolería mucho el corazón”,
dice.
Y las palabras parecen extraviadas, en un tono de
voz incorrecto para pronunciarlas, plano y enérgico, y una gesticulación
prácticamente nula. Firmes, ya.
El contingente nicaragüense tiene lo propio. De los
113 oficiales que enviaron a Iraq, 19 son mujeres, todas enfermeras o médicas.
“Los iraquíes nos aprecian mucho. Con decirle que nos tiran besos”,
dice Reina Hernández, una enfermera que dejó en su país
a un niño de 10 años para venirse a curar enfermos. “Mi hijo
me dio permiso sólo por seis meses”, dice sonriendo.
Las militares pasaron como uno más durante
los actos en los que el alto mando hondureño en Nayaf homenajeó
a algunos de sus compañeros por servicios prestados (ver nota adjunta),
no sólo en Iraq, sino en la Guerra de las Cien Horas. La ceremonia
fue liderada por el coronel Carlos Andino, un coronel con más de
30 años de servicio cuyo adusto ceño expresa la misma convicción
profesional que la de las compatriotas a su cargo; así de uniforme
es el entusiasmo.
Andino hizo énfasis en las dificultades de
su misión e intentó elevar la moral de su tropa, atacada hace
apenas dos semanas por desconocidos que arrojaron una granada contra una
de sus patrullas.
Una fiesta con frijoles en Nayaf
El contingente hondureño de la Plus Ultra celebró el Día
del Soldado a 14 mil kilómetros de su país.
El batallón Xatruch, el contingente hondureño
presente en Nayaf, celebró el Día del Soldado en el campamento
que le sirve de base al norte de la ciudad.
Una misa, una ceremonia oficial y un almuerzo de
reyes que incluyó frijolitos fritos coronaron un festejo pospuesto
por algunos días debido a la tensa situación religiosa en
la localidad, por el multitudinario ingreso de chiitas para participar
en los actos conmemorativos de la muerte del ayatola Mohamed Hakim al
Baqr.
Pero pasado el fin de semana musulmán y
las actividades religiosas locales, los hondureños iniciaron la
jornada con una misa del sacerdote salvadoreño José España,
invitado de honor, para posteriormente rendir honores a la bandera y anunciar
medallas al mérito.
Fiesta mix
Una enorme cola se formó para el almuerzo,
con soldados hondureños, estadounidenses y españoles. La
comida, para este día, era especial. Costillas y carne, con arroz,
camarones y chirmol. “Y como plato fuerte, frijolitos de los de nosotros”,
decía el que servía la comida. Después de casi dos
meses de no probar un bocado familiar, les cayeron de perlas.
“Ahora sí está bien. Es la primera
vez que lo pasamos fuera de Honduras, pero allá se siente mejor
porque salimos a divertirnos. Aquí estamos encerrados”, decía
un cabo que buscaba un sorbete entre la hielera.
El campamento, bautizado por los estadounidenses
que estaban aquí anteriormente como Camp Animal, fue rebautizado
por el Xatruch como Campamento Tegucigalpa. “No nos gustó que nos
dijeran animales”, dijo el capitán Turcios.
Los nuevos dinares, sin el rostro
de Sadam
Cientos de miles de dinares iraquíes están
siendo entregados al banco central de esta ciudad, a pocos kilómetros
de Nayaf, para preparar el cambio de moneda que comenzará el 15
de octubre en todo el país. El objetivo: eliminar el rostro de
Sadam Husein de la moneda nacional.
Camiones repletos de cajas con el dinero llegan
rodeados de varios vehículos con guardias privados para garantizar
la entrega. Cerca de Nayaf, al convoy se les unen dos vehículos
militares con soldados salvadoreños al mando del teniente Luis
Rivas. “Nosotros sólo los custodiamos hasta la entrega y a su salida
de nuestra zona”, dice Rivas, acompañado del coronel Tiszo, un
veterano estadounidense que habla perfecto español.
El cambio de moneda, una de las dos prioridades
de la división multinacional a la que pertenece El Salvador (el
otro es la seguridad), incluye la entrega del dinero a los bancos, campañas
educativas y recopilación de la actual moneda, que seguirá
en vigencia por un plazo de tres meses a partir del 15 de octubre.
La misión salvadoreña en este cambio
es sólo la de brindar seguridad. “Nosotros nunca vemos el pisto,
nos dedicamos únicamente a resguardar el convoy”, dice el mayor
Cardona, del Cuscatlán.
El banco del centro de Abasiya, una pequeña
población a 10 kilómetros de Kufa, está justo en
la zona del comercio ambulante. Peatones circulan en grandes cantidades,
y todos se detienen a ver el gran operativo de seguridad. El teniente
Rivas y sus hombres, firmes, los hacen retroceder con señas, y
en español.
Tropa estará sólo un año en Iraq
El Gobierno no alargará
la estadía de las tropas que están desplegadas en la ciudad
de Nayaf, Iraq.
El presidente de la república, Francisco
Flores, aseguró ayer que la estadía de la tropa salvadoreña
destacada en Nayaf, en la zona centro sur de Iraq, no excederá
de los 12 meses, conforme el compromiso acordado inicialmente.
“Seguiremos trabajando con las tropas españolas
y con el resto que están coordinando con nosotros, adentro del
convenio, según se ha estipulado”, dijo el gobernante centroamericano.
El contingente militar salvadoreño está
adscrito a la brigada Plus Ultra, a la cual también se anexaron
cientos de soldados de República Dominicana, Nicaragua y Honduras.
La brigada es comandada por Polonia, que ha delegado funciones a España.
Los soldados salvadoreños que conforman
el batallón Cuscatlán permanecerán en Iraq por un
año, pero serán relevados cada seis meses.
“Nuestras tropas van adentro del convenio; van
a ir relevándose cada seis meses”, recordó Flores, quien
dijo que el país está “en la obligación de estar
participando en los esfuerzos de reconstrucción” en esa nación
árabe.
La tropa salvadoreña actualmente realiza
funciones de seguridad pública en Nayaf, tras asumir la Plus Ultra
el control de esta ciudad ante la retirada del ejército estadounidense.
Asimismo, los soldados salvadoreños están
adiestrando a civiles que serán los responsables de llevar la seguridad
a este país, tras la instalación del nuevo gobierno, luego
de la caída del régimen del dictador Sadam Husein.
|