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Carlos Dada salió de San Salvador el 21 de septiembre. Sin embargo, planeó su viaje hacia Iraq cuando Sadam Husein mantenía su imperio con sus últimos esparadrapos. LA PRENSA GRÁFICA inició hace medio año sus gestiones, solicitando una visa para nuestro editor de Mundo a la Embajada de Iraq en México. El dictador cayó, y con él, el proyecto se dilató. Para tener éxito, luego de varias intentonas, fue necesario comunicarse con el Gobierno de Kuwait, y establecer contacto con la milicia estadounidense en Camp Doha, Kuwait. Su equipaje Carlos Dada viaja con un chaleco antibalas, un teléfono satelital y el cansancio de un viaje, además de largo, tan previsible como el escenario de las operaciones militares; es decir, poco previsible. En sus maletas también lleva una bitácora física imposible de ignorar, que este lunes ya consigna un viaje de San Salvador a Houston, y de la ciudad tejana, a la alemana Fráncfort. Luego, se movilizó a Kuwait, donde después de cuatro días de establecer contactos con las unidades militares de Polonia y Espania, a través de Camp Doha, consiguió cupo en un avión militar. Fue en ese C-123 que lo llevó a Bagdad hizo puerto en la capital iraquí el 26 de septiembre donde, en una combinación de providencia y destino, conoció al sargento salvadoreño Romel Neftalí Moreira, uno de los tres soldados heridos hace una semana en un accidente de tránsito en Nayaf. Entre sus primeras impresiones, dice que Bagdad es un avispero. Es lógico, considerando que aquí hay fácilmente 120 mil militares estadounidenses. Consigna que muy pocos, poquísimos de esos norteamericanos saben que un grupo de poco más de 300 salvadoreños están echándoles la mano. Hasta anoche, su base de operaciones en la capital de Iraq fue el centro de prensa. Es un lugar muy grande en cuyo salón principal hay un mural multicolor, de azulejos, en el que se ve al pueblo iraquí rodeado de palomas de la paz, hombres, mujeres, niños y soldados de la mano. En una esquina, un monstruo con la bandera de Estados Unidos escupe fuego. Qué paradoja. Pronto, para nuestro reportero Bagdad será sólo pasado. Hoy parte en un convoy militar hacia Nayaf, desde donde transmitirá sus impresiones a todo un país. LA PRENSA GRÁFICA, con nuestros hombres en Iraq Desde que el presidente Francisco Flores anunció su decisión de enviar a soldados salvadoreños para colaborar con la coalición en la transición y la reconstrucción de Iraq, LA PRENSA GRÁFICA retomó su compromiso de ser líder y de marcar la pauta nacional. A través de nuestras ediciones física y electrónica, el país le tomó el pulso a la evolución de la brigada Plus Ultra. Ahora que el relevo de mando involucra de manera completa a la tropa salvadoreña, no sólo continuaremos comunicando a hermanos en dos continentes; tendremos a un narrador in situ en la ciudad santa chiita. |
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