El nuevo Iraq
Sadam Husein es borrado del mapa iraquí. Su rostro ya no está en los billetes ni en los libros de texto. Sin embargo, la población no se considera bien pagada sólo con eso. Hay muchas necesidades, y todas son dolorosas.

AÑO ESCOLAR

El 1.º de octubre reabrirán las escuelas, y Sadam Husein ya ha sido eliminado de todos los libros de texto y de los programas escolares.


LOCOS POR BORRACHOS

Aquí en Bagad no hay bolos. Pero hay locos. Deambulan por las calles gritando y con la mirada perdida. Quién sabe desde cuándo.

ARMAS

En Tikrit, la provincia natal de Husein, aparecieron el domingo por la noche cientos de armas convencionales listas para ser utilizadas. Hay estado de alerta.


Bagdad, Iraq. El rey ha muerto. ¿Adónde está el rey? Acostumbrados, como la mayoría de los países árabes, a gobiernos autoritarios de un solo rostro, los iraquíes inician un difícil periodo de transición entre los intentos de la coalición por hacer notar avances, las presiones del consejo del gobierno iraquí por obtener mayor poder de manos de la autoridad provisional, y la desesperación de la población por la inseguridad y la falta de beneficios.

La situación es inestable, especialmente al norte de Bagdad, en los territorios de los baazistas (seguidores de Sadam), que separan la capital del Kurdistán.

Ahí, la coalición está sufriendo sus mayores bajas, y la oposición es tan abierta que ayer, en Faluya, hubo una manifestación clamando por el regreso de Husein.

Bagdad, la capital, es foco de resistencia mayúsculo, con constantes ataques contra las tropas y contra instalaciones ocupadas por la autoridad provisional de la coalición, encabezada por el embajador estadounidense Paul Bremer.

Sólo ayer, el centro de prensa de la coalición reportó dos ataques en Bagdad, uno en Taji y otro en Iskandarija, al sur de Bagdad. Un periodista reportó otro ataque, en Faluya, en el que habría varias bajas, aunque el centro de prensa aún no había podido confirmarlo.


No es lo que esperaban

“El país está muy mal. Sufrimos, sobre todo, de una grave ausencia de seguridad”, dice Mithak Garibo, un ingeniero civil convertido hace cinco meses, por la pura necesidad laboral, en corresponsal de la Agencia Francesa de Prensa, AFP, en Bagdad. “Hay soldados de Estados Unidos matando civiles para protegerse, y hay muchos terroristas en Iraq. Otros están en estos momentos cruzando las fronteras. Hay ataques por todos lados.”

Con un desempleo que alcanza el 70 por ciento, los iraquíes aplauden la caída de Husein (99.9 por ciento de la población rechaza al depuesto líder, según el portavoz de la coalición Charles Heatley, pero no explica de dónde saca esa cifra), aunque esperaban a corto plazo obtener los beneficios prometidos por las fuerzas ocupantes.

“La mayoría quiere que los de la coalición sean verdaderos liberadores, más que ocupantes, pero esperaban que tras Sadam se les diera una buena vida, sin guerras, y mejorar económicamente una vez levantado el bloqueo impuesto contra nosotros desde la Guerra del Golfo”, dice Sarmad Gabar, un periodista que trabaja para “Al Mo- thamar”, el periódico oficial del consejo de gobierno iraquí (CGI).

Pero, claro, mucho ha cambiado. Ahora ambos periodistas pueden criticar abiertamente a las autoridades y pueden escribir sin las censuras del antiguo régimen (con excepción hecha para las cadenas de televisión al Jazeera y Al Arabiya, censuradas públicamente por el CGI). Antes de la guerra, “Al Muthamar” se editaba sólo en Londres, y Gabar tenía que viajar a la ciudad de Sulaimaniya, en el Curdistán, para reportar las novedades en Bagdad. Allá compraba algún pantalón y una o dos camisas, para tener un argumento en caso de ser interrogado. “Me preguntaban que porqué iba tanto a Sulaimaniya, y yo les decía que de compras”, dice. Ahora el periódico se edita también en Bagdad, y Gabar, efectivamente, va a Sulaimaniya de compras.

Ayer, Heatly ofreció una conferencia de prensa para dar a conocer los avances del nuevo Iraq.

El dinar iraquí, que todavía circula con el rostro de Husein, será sustituido el próximo mes por uno nuevo, encomendado a una empresa extranjera para reemplazar, en tres meses, todo el circulante con la figura del depuesto dictador.


Cambios y realidades

La primera generación del Ejército iraquí se graduará en los próximos días, con un total de 700 miembros, tras nueve semanas de entrenos. Tres mil iraquíes se han inscrito ya en la segunda generación. Es un porcentaje mínimo comparado con el ejército baazista de Sadam, pero según Heatly es un principio que poco a poco irá sustituyendo a la coalición. Aunque para ello necesitarán contar con 120 mil hombres, que son los que actualmente tiene sólo Estados Unidos en Iraq.

Los voceros se esfuerzan en destacar la presencia de iraquíes en todas sus actividades, y hasta cuando informan sobre la captura del enorme arsenal encontrado anoche en Tikrit subrayan que fue descubierto gracias a información de inteligencia proporcionada por la población local.

Sea como sea, algo comienza a normalizarse en este país que vive en la incertidumbre de la transición. El 1.º de octubre reabrirán las escuelas, y Sadam Husein ya ha sido eliminado de todos los libros de texto y los programas escolares.

Y aunque los iraquíes están reclamando ya su soberanía y exigiendo mayor presencia en las finanzas y en la seguridad nacional, totalmente en manos de la coalición, sólo los partidarios de Sadam Husein quieren el retiro inmediato de las tropas internacionales.

“Los iraquíes miran la ocupación como algo que hizo nuestras vidas peores, no mejores. Pero la mayoría quiere que la coalición se quede algún tiempo más, porque si no, probablemente, tendríamos una guerra civil entre kurdos, chiitas y sunitas, o una invasión por parte de países como Turquía o Irán”, dice Mizak Garibo.

Éste es el nuevo Iraq, un país que se va armando más sobre la marcha que de acuerdo a un plan preestablecido. Éste es el nuevo Iraq, que ha tenido que ceder ante la compleja realidad de la posguerra, que prácticamente se ha convertido en una segunda etapa de la guerra.

Los salvadoreños forman parte de él, pero de una manera prácticamente invisible. En el mar de dudas sobre el futuro, la colaboración del mundo es todavía marginal.