MOMENTOS DUROS. Con mucho esfuerzo, Juan Pablo II pronunció en latín la fórmula de beatificación y la homilía fue leída a medias por el arzobispo argentino Leonardo Sandri y por el cardenal de Bombay, Ivan Dias. Juan Pablo II no pudo leer la homilía de beatificación
Durante el Ángelus, el Papa se esforzó y saludó en italiano, inglés, macedonio y albanés.


El papa Juan Pablo II mostró ayer una salud cada vez más debilitada, al no poder leer parte de la homilía de la misa de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.

El obispo de Roma, de 83 años, apareció ante los 300 mil fieles que asistieron a la ceremonia en la plaza de San Pedro con aspecto cansado, aunque saludando con la mano y sonriendo.

Parecía que estaba mejor que los pasados y fatigosos días, repletos de ceremonias conmemorativas por sus 25 años de pontificado.

Sin embargo, en el momento en que comenzó a hablar se vieron las dificultades que el Papa tiene para hacerlo, evidenciando el deterioro de su salud.

Juan Pablo II sacó, sin embargo, fuerzas de flaqueza para poder proclamar beata a la monja que tanto admira y a la que llamó icono del Buen Samaritano.

Con mucho esfuerzo, Juan Pablo II pronunció en latín la fórmula de beatificación y la homilía fue leída a medias por el arzobispo argentino Leonardo Sandri y por el cardenal de Bombay, Ivan Dias.

En otros momentos de la ceremonia tuvo que ser sustituido por el cardenal Joseph Ratzinger, decano del Colegio Cardenalicio, y la mayoría de las veces lo poco que hablaba no se entendía, ya que tenía un hilo de voz y daba la sensación de que se ahogaba.

Al final, durante el Ángelus, hizo un nuevo esfuerzo y saludó en italiano, inglés, macedonio y albanés. Pero dos horas y media de ceremonia eran demasiado para su delicada salud. Los miles de presentes le aplaudieron y vitorearon, al igual que el centenar y medio de cardenales presentes en la ceremonia