El papa Juan Pablo II amplió ayer el Colegio Cardenalicio con otros 30 posibles sucesores, aumentando así el número de purpurados que podrían ocupar el trono de Pedro.

Bajo un cielo nublado en la Plaza de San Pedro, el débil Pontífice, en una homilía que él mismo leyó, felicitó a los recién llegados de todos los continentes, quienes reflejan “la multiplicidad de razas y culturas que caracterizan al pueblo cristiano”.

Antes de entregar a los 30 elegidos su birrete, les dijo: “El color escarlata del atuendo de cardenal evoca el color de la sangre y recuerda el heroísmo de los mártires”.

Entre los recién designados se encuentran tres latinoamericanos: El cardenal Javier Lozano Barragán, de México; Rodolfo Quesada Toruño, de Guatemala, y Eusebio Oscar Scheib, de Brasil. Los 31, incluido uno nombrado en secreto para protegerle de una posible reacción hostil de su gobierno (se especula que es de China), incluyen tal mezcla de clérigos moderados y conservadores que los observadores del Vaticano no podían decir de qué forma influirán en la elección.

Uno de ellos será el que asumirá la tarea de suceder a Juan Pablo II y quien que ha dejado su huella, mezcla de evangelización, dogma ortodoxo y posturas contra la guerra y en favor de los pobres.

Purpurado guatemalteco contra el aborto

El cardenal de Guatemala, Rodolfo Quezada, ordenado por el papa Juan Pablo II en el Vaticano, rechazó el aborto, la pena de muerte y el matrimonio entre homosexuales, según una entrevista publicada ayer por el diario “Prensa Libre”.

“Estoy contra el aborto, la clonación reproductiva y terapeútica, creo que hay que salvaguardar la familia y respetar a las personas con las cuestiones homosexuales, pero de ahí al matrimonio hay un paso muy grande”, afirmó Quezada.

El religioso, que dio la entrevista un día antes de que el Pontífice lo invistiera como cardenal, afirmó: “Hay cosas de derecho divino que no se pueden cambiar”, en relación a los temas mencionados.

En referencia a la influencia de la Iglesia católica en su país, el nuevo cardenal dijo en otra entrevista, días atrás: “cuando yo me ordené de sacerdote, hace más de 40 años, la mayoría de guatemaltecos se profesaba católica. Ahora no tenemos el 90 ó 95 por ciento de fieles, sin embargo, somos una Iglesia más viva”. En Guatemala, de 11 millones de habitantes, la mayoría profesa el catolicismo, sin embargo en los últimos años ha ido creciendo el número de fieles a distintos grupos protestantes .