CONDECORADOS. Antonio Saca, presidente de la república, coloca medallas al mérito a los soldados del batallón Cuscatlán que viajaron a Iraq en el primer contingente enviado por su predecesor Francisco Flores.
Saca despide tropa que parte a Iraq

Bernardo Valiente
política@laprensa.com.sv

El presidente Saca despidió el miércoles en el estadio “Mágico” González al tercer contingente militar.

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“Ayer nosotros...”

 

La historia también nos puso en una encrucijada y la comunidad internacional nunca le dijo no a El Salvador, dijo Saca.

La bendición

”Soldados que viajan a Iraq, que Dios bendiga su trabajo y estadía, y proteja a sus familias aquí en El Salvador.”

El tercer contingente del batallón Cuscatlán con 380 efectivos que parte el próximo 17 de agosto a Iraq fue despedido oficialmente por el presidente de la república, Elías Antonio Saca, el pasado miércoles en el estadio nacional Jorge “Mágico” González.

Unas 3 mil personas, en su mayoría familiares de los soldados, se instalaron en los graderíos del estadio durante los actos. En las mesas principales acompañaron a Saca el ministro de Defensa Nacional, Otto Romero, oficiales y miembros del gabinete de Gobierno.

En su discurso, el mandatario sostuvo que la presencia salvadoreña y la de otros 29 países que integran la coalición aportará mucho a la estabilización de Iraq.

El presidente Saca entregó, en esa ocasión, el pabellón nacional al contingente y evitó confirmar si el envío de efectivos militares era un respaldo abierto al Gobierno de E.U.A. que lidera la coalición.

Justificó que a finales de junio entró en vigor la resolución 1546 de las Naciones Unidas, mediante la cual la soberanía de Iraq retornó al pueblo iraquí a través de una autoridad interina.

Un anexo de la resolución refleja una petición de la autoridad interina de Iraq solicitando la presencia de la fuerza multinacional por un período no determinado. El Salvador, dijo Saca, “es miembro activo de la ONU, y tenemos que ser responsables con nuestras acciones”.

En las últimas horas, la organización denominada “Mohamed Atta Al Qaeda Yihad” amenazó a El Salvador al proclamar en un portal de internet en lengua árabe que actuaría dentro del territorio salvadoreño si el Gobierno enviaba nuevamente tropa a Iraq.

Francisco Laínez, canciller salvadoreño, admitió que “en cualquier parte del mundo existen riesgos, pero eso no impedirá que cumplamos con nuestros compromisos de ayudar a la comunidad internacional a combatir el terrorismo”.


Medallas para todos los del Cuscatlán I

En palabras del presidente Antonio Saca y del ministro de Defensa, Otto Romero, todos los miembros del primer batallón que llegó a Iraq son unos héroes.

Por eso Saca no dudó en cumplir con uno de los últimos decretos que firmó el ex presidente Francisco Flores y entregó las medallas al mérito. Para los oficiales y suboficiales la condecoración fue de oro, y plata para toda la demás tropa.

En medio de la ceremonia, el presidente bajó a la cancha del “Mágico” González y personalmente colgó las medallas a cada uno de los 360 miembros del batallón Cuscatlán I.

Pero la entrega de medallas no paró allí. Además de entregar premios a los soldados salvadoreños ganadores de las pasadas olimpíadas militares, Saca entregó medallas a los heridos en combate en Nayaf. Así, los cabos Rafael Ramírez Pérez, Noé Hernández Vásquez y Carlos Echeverría Vides, Gumercindo García y el soldado Erasmo López fueron condecorados.



“Lo que yo quisiera es olvidarlo todo”

Las palabras del ministro de Defensa, Otto Romero, resonaban en todo el estadio: “Este héroe es un claro ejemplo de lo que hemos tenido en el país porque fue un soldado aguerrido y disciplinado”.

Romero hablaba y hablaba mientras debajo de la tarima principal, la madre del soldado en cuestión, Natividad Méndez Ramos, sollozaba en silencio.

Herminia Ramos de Méndez permaneció inmóvil en la silla de plástico que le asignaron para la ceremonia. En sus vetustas manos conservaba lo único que le han entregado luego de la muerte de su hijo en un enfrentamiento en Iraq: dos medallas, reconociéndole como héroe, entregadas por los gobiernos de El Salvador y de España.

“Las voy a guardar como un recuerdo más, pero la verdad es que yo quisiera olvidar todo ya”, dijo la consternada madre que confirmó que, hasta la fecha, aún no se le ha construido la casa que se le prometió, ni brindado la atención médica que también se le había ofrecido.