SOLIDARIDAD. Soldado del batallón Cuscatlán disfruta con sus familiares durante el acto de despedida celebrado ayer en el Comando de Fuerzas Especiales. El Salvador es el único país de Latinoamérica que apoya a Estados Unidos a combatir el terrorismo con tropa en Iraq.
Soldados que van a Iraq se despiden de parientes
Amadeo Cabrera/ Agencias
politica@laprensa.com.sv

Los 380 militares que van a cumplir la misión de seis meses tuvieron ayer su última actividad oficial, previa a la partida.

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  Es una ayuda humanitaria la que vamos a dar a Iraq, y la situación que se vive allá no nos preocupa mucho.”

José Antonio Ramos,
sargento del Cuscatlán III.

 

  La misión que tenemos es de ir ayudar a la población civil, y estamos preparados para ello.”

Francisco Javier Ramírez, soldado del Cuscatlán III.

 
El batallón Cuscatlán III, que parte mañana a relevar al segundo contingente salvadoreño desplegado en la ciudad de Nayaf, Iraq, tuvo ayer su último programa de agenda antes de viajar, cuando los 380 miembros del nuevo grupo se reunieron con sus parientes en el Comando de Fuerzas Especiales, en Ilopango.

Los familiares de la tropa, que viajaron desde diversos puntos del país, llegaron desde muy temprano a la guarnición militar para participar de un evento religioso y de un almuerzo.

La actividad, a la cual no tuvo acceso la prensa, también contó con la presencia del alto mando de la Fuerza Armada y jerarcas religiosos.

El ministro de la Defensa Nacional, Otto Romero, reveló que la tropa saldrá mañana en vuelos militares cuyo transporte ha sido proporcionado por Estados Unidos.

“No tenemos ruta de vuelo; pero salimos el 19 (mañana). Pueda que sea en tres o cuatro vuelos”, dijo Romero.

El tercer contingente parte en medio de una serie de supuestas amenazas terroristas difundidas por medio de internet, en los que se advierte a El Salvador que no envíe más tropas, so pena de sufrir atentados en su territorio y de hacer “un infierno” a los militares en Iraq.

El ministro calificó de “terrorismo cibernético” las amenazas.

Aunque según Orellana el viaje de los soldados es mañana, algunos de éstos, que pidieron el anonimato, aseguraron que les pidieron que se prepararan para partir hoy.

El nuevo contingente sustituirá a 374 hombres que se encuentran en Nayaf desde febrero y se instalará en la ciudad de Hilla, unos 110 kilómetros al norte de Nayaf.

El segundo grupo estaba compuesto por 380 soldados, pero un ataque en abril costó la vida a uno de ellos y heridas en 14 más. Cinco heridos volvieron a El Salvador hace dos meses.


“Nos toca rezar por su bien”

Ana Yanira Delgado encomienda al Creador la salida y el regreso de su compañero de vida, Mauricio de Jesús Luna, con quien ha procreado cuatro hijos, el mayor de ellos de tan solo nueve años de edad.

“Nos toca rezar porque llegue y regrese con bien. Aquí será una obra de Dios que llegue con bien y que venga con bien”, exclama la mujer, mientras se apresta a encontrarse con quien ha convivido por más de 10 años.

Delgado llegó a la despedida de las tropas en compañía de tres de sus cuatro hijos: Patricia Elizabeth, de 11 meses; Óscar Armando, de ocho años; Joselyn Yamileth, de cuatro años. Mauricio de Jesús, de nueve años, no pudo ver a su padre, ya que se quedó en su casa por estar enfermo de los ojos.

La mujer asegura que en los días anteriores, los hijos mayores del militar le han pedido a su padre que se cuide y que ojalá regrese con bien de la misión. Delgado, tras la ceremonia privada de despedida, salió junto a sus hijos rumbo a su natal San Luis Talpa.



“Preocupa la situación ”

Leonor Lozano González llegó desde el oriente del país en compañía de sus cuatro hijos menores a despedir a su vástago mayor, que está enlistado para viajar a Iraq.

La mujer, originaria de la hacienda La Carrera, en Usulután, encomienda ahora al Todopoderoso la salida y llegada de su hijo, José Salvador, que con 26 años de edad ya es padre de tres hijos.

“Confiamos en Dios en que así como van a llegar con bien, van a regresar con bien”, dice la madre del soldado, mientras se apresta a ingresar junto a sus otros hijos, Ingrid Marcela, Nubia Stefanny, René Alberto y Ana Imelda, al Comando de Fuerzas Especiales (CFE), en Ilopango.

Lozano recuerda que el dinero que gana su hijo como militar le sirve para sufragar los gastos de hogar. “Él nos ayuda a la familia”, dice.

La situación convulsa en Iraq no deja de preocuparla.

Los hermanos menores del soldado hacen votos porque éste regrese con bien al final de su misión en suelo iraquí, previsto para febrero de 2005, al cabo de año y medio de misión.