Los seguidores del clérigo radical chiita Muqtada al Sadr entregaron ayer las llaves del mausoleo del imán Alí a los representantes del ayatolá Alí Sistani, en la ciudad santa iraquí de Nayaf, donde los enfrentamientos causaron 77 muertos desde el jueves.

“Las llaves fueron entregadas a la oficina del ayatolá”, declaró Sayid Murtadha al Kashmir, representante en Londres del ayatolá Alí Sistani, figura emblemática de los chiitas iraquíes.
En Nayaf, donde está destacados desde agosto de 2003 un grupo de militares salvadoreños, Abu Mustafa, responsable de la milicia de Al Sadr, explicó que la mezquita se entregó a la autoridad religiosa. “Las puertas del mausoleo fueron cerradas con llave para demostrar la intención de entregar el control de este lugar santo a la Marjaiya”, declaró.

Al Sadr desafiante

La Conferencia Nacional iraquí, que reúne a representantes políticos de todo el país, había pedido a Al Sadr que dejara la mezquita, que desarme a su “Ejército del Mahdi” (ejército del caudillo) e hiciera un partido político.

Ayer, sin embargo, el clérigo chiita se negó a dejar las armas y pidió a sus hombres que sigan luchando, según uno de sus portavoces, que aseguró que Al Sadr sigue en Nayaf y no se irá de la ciudad. Los hospitales de Nayaf reportaban ayer al menos 77 muertos.

Un vocero del Gobierno interino indicó que cerca de 400 milicianos habían sido detenidos por la Policía iraquí, luego de que ésta hubiera penetrado, según él, en el mausoleo sin encontrar a Al Sadr.

Sin embargo, en Washington, un responsable de Defensa desmintió las informaciones del Gobierno iraquí sobre la entrada de la Policía en el mausoleo. “Seguimos en el exterior del mausoleo, igual que la Policía iraquí”, aseguró.