“Queremos que venga ya”
Fotos de la misión, postales de Iraq y cartas son el recuerdo que la familia del sargento guarda como evidencia de su viaje.

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Recuerdos: Julia Isabel Gámez ve, junto a su hijo Stanley Roberto Moreira, las postales, fotos y cartas enviadas por su esposo, Romel Neftaly Moreira, desde Nayaf.
Haciendo la cuenta regresiva

Las familias de los soldados que retornan de su misión en Iraq están ansiosas por reencontrarse con los suyos, tras seis meses de ausencia física de los militares.

“No encuentro palabras para expresarle lo que siento. Estoy con la incertidumbre de saber cómo viene él”, dijo a LA PRENSA GRÁFICA Patricia Figueroa, novia del teniente José Neftaly Cornejo Bolaños.

Otros allegados o familiares dijeron que para ellos es como haber despertado de una pesadilla, por los temores que supone tener a familiares en Iraq.

“Siempre estábamos pensando: ‘Que no les pase nada’, y siempre le pedíamos a Dios que regresarán con bien”, dijo Catalina Antonia Morán, cuñada del soldado Guillermo Antonio González.

Los familiares de la tropa de legionarios tendrán mañana un convivio con los suyos en las instalaciones del Comando de Fuerzas Especiales (CFE), ubicado en Ilopango, al oriente de la ciudad de San Salvador.


El sargento Romel Neftaly Moreira Gámez, uno de los legionarios que viajó a Iraq, hace seis meses, encontrará un par de sorpresas agradable cuando se reencuentre en casa con su familia.

Una de ellas será que su primer hijo ya puede leer y escribir, mientras que el segundo aprendió a hablar y a caminar.

El militar dejó a su hijo Romel Alexander, de siete años, en preparatoria cuando partió él hacia Iraq, y hoy el niño se encuentra en primer grado.

“Ya puede leer y escribir un poco”, comenta con orgullo su madre Julia Isabel.

El chiquillo Stanley Roberto también tendrá algo nuevo que mostrar a papá cuando venga.

“Cuando mi esposo se fue, mi hijo no podía caminar y no hablaba muy bien, pero hoy ya no lo puedo detener y habla bastante”, dice su progenitora, quien contó que el chiquillo cumplió dos años el viernes recién pasado.

Ahora, la familia Moreria está ansiosa por reencontrarse con el viajero y dejar atrás la angustia de lo que significa estar en estos momentos en un país en guerra.

El soldado perdido

Moreira Gámez dejó historia. Vivió momentos de confusión cuando regresaba de Kuwait de recibir asistencia médica.

En Nayaf el soldado sufrió un accidente de tránsito que lo incapacitó por unos días. Moreira fue asistido médicamente en Kuwait y luego fue trasladado a la capital iraquí, Bagdad, donde estuvo extraviado por varios días, pues no encontraba un medio de transporte para viajar de regreso a la sede del batallón Cuscatlán, destacado en Nayaf.

Ahora, ese episodio pasado quizá sirva para reír un poco. “Ya quiero que venga. Ya desperté de la pesadilla”, comenta la esposa del militar, Julia Isabel, mientras atiende a su pequeño Stanley Roberto.

La familia Moreira recibió el pasado 14 de febrero la última llamada del militar con el anuncio de que el soldado dejaba Nayaf para venir de nuevo a El Salvador.