TOCANDO TIERRA. El primer grupo de soldados del Batallón Cuscatlán desciende del avión que los trajo de regreso a El Salvador, después de seis meses de campaña en Nayaf, Iraq..
Llega el primer grupo de soldados
Amadeo Cabrera/Juan José López
politica@laprensa.com.sv

En medio de un total hermetismo, un primer grupo de 95 soldados del Batallón Cuscatlán aterrizó ayer en el aeropuerto de Comalapa. No recibieron a familiares.

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Seis meses después

Seguridad
944
patrullajes hizo la tropa en la ciudad de Nayaf.
Entrenos
7
evaluaciones de nueva defensa civil iraquí.
Controles
424
retenes estableció
el Cuscatlán.

 

Citas
  Yo vengo con la emoción de verlo y recibirlo, pero vamos a tener que esperar hasta mañana.”

Hortensia López Funes, hermana de soldado Adolfo López Funes.

 
 
  Me siento mal. Uno es pobre y no iremos mañana a Ilopango porque no tenemos dinero.”

Francisco Errodas, padre de soldado Gilberto Errodas

 

  Así como nos dijeron que viniéramos a despedirlos, así tuvieron que decirnos que viniéramos a recibirlos.”

Francisco Fuentes Flores, hermano de Subtte. Arturo Fuentes Flores

 

 

El primer grupo de soldados salvadoreños provenientes de Iraq llegó ayer al país a las 5:30 de la tarde en medio de un total hermetismo.

Ni siquiera familiares de los soldados pudieron ingresar a la base aérea del aeropuerto de Comalapa para reunirse con ellos, en un inusual arribo de tropas después de seis meses en campaña.

Apenas pudo observarse el avión Boeing 737-800 aterrizando en la pista, con las siglas “Miami Air”. A bordo venían 95 soldados del Batallón Cuscatlán después de un larguísimo viaje que partió de Kuwait e incluyó escalas en Fráncfort, Alemania; Reykiavik, Islandia, y Nueva York.

Con ellos regresaba al país el coronel Eduardo Mendoza Morales, jefe del Comando de Fuerzas Especiales, que viajó con el relevo para atestiguar el traspaso de mando en Nayaf.

Según versiones oficiales, los soldados quedarían ayer acuartelados para que se les practicaran exámenes médicos y sicológicos antes de recibir visitas, y hoy por la mañana, en una ceremonia de honor, podrán volver a ver a sus familiares y amigos.

Un segundo vuelo con el resto del Batallón Cuscatlán era esperado para esta madrugada, a las 4 de la mañana, también en Comalapa. Y tampoco se permitiría el acceso para ver a los soldados.

Varias familias se hicieron presentes ayer a las puertas de la base intentando ver a algún soldado, pero el acceso también les fue negado a ellos (ver nota aparte).


Seis meses en Iraq

Los soldados regresan después de cumplir tareas de seguridad en la ciudad de Nayaf, como parte de la Brigada Plus Ultra, bajo mando español. Según reportes del Ministerio de Defensa, desde su llegada a esa ciudad, el 24 de agosto del año pasado, el Batallón Cuscatlán llevó a cabo 944 patrullajes y 424 controles a automovilistas y peatones en la ciudad sagrada chiíta.

Un segundo contingente realiza ahora esas labores en Nayaf.


Pancartas, quejas y un mariachi

Nada, absolutamente nada. Ni lágrimas desatadas, ni llantos, ni abrazos recibieron ayer al Batallón Cuscatlán. Ni siquiera los familiares. El acceso denegado. Punto.

Tres familias de San Luis Talpa, ansiosas de ver a sus soldados después de seis meses en Iraq, se quedaron ayer con las ganas a la entrada de la Segunda Brigada Aérea, en Comalapa.

Algunos venían incluso con pancartas de bienvenida, como la familia del teniente Arturo Fuentes, que esperó más de una hora tras el aterrizaje del avión con la esperanza de poder ingresar.

Una hora y media antes del aterrizaje, los soldados que guardan la entrada levantaban la pluma para permitir el ingreso de vehículos en los que llegaron el ministro y viceministro de Defensa, generales Juan Martínez Varela y Álvaro Rivera Alemán, respectivamente, y el jefe del Estado Mayor, general Héctor Gutiérrez. En medio, un mariachi, listo para cantar a los recién llegados, a falta de esposas, hijos o padres. El Cuscatlán se quedó a dormir en Comalapa. Esta mañana parten a su casa el Comando de Fuerzas Especiales de Ilopango. Y esta noche, por fin, dormirán en sus casas.