FALLECE. Juan Alberto López López, miembro del segundo contingente de soldados del batallón Cuscatlán que permaneció en Iraq, posa para una fotografía durante su estadía en Nayaf. López, quien había retornado al país recientemente, murió tras ser arrollado por un automóvil en la carretera que de San Salvador conduce a Sonsonate.
Muere arrollado veterano de Iraq

Amadeo Cabrera
politica@laprensa.com.sv

El uniforme de desierto, fotografías y los reconocimientos son hoy los recuerdos que guarda la madre del fallecido.

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La vida militar de López López

 

Juan Alberto López López, de 23 años de edad, era el quinto vástago de doña Francisca y don Manuel de Jesús, quienes han procreado otros ocho hijos.

El soldado ingresó al Ejército hace siete años y desde entonces se encontraba prestando servicio militar, con la especialidad de fusilero.

López López perteneció al segundo contingente del batallón Cuscatlán y formó parte del primer grupo de legionarios en arribar al país tras cumplir su misión en Iraq.

El militar tenía 17 días de haber regresado de la nación asiática cuando fue arrollado por un automotor que corría a excesiva velocidad sobre la autopista que de San Salvador conduce al occidental departamento de Sonsonate.

“¡Qué extraño esto! ¿Por qué no le pasó nada allá que estaba en la guerra, sino que aquí lo vinieron a matar?”. Don Cruz Tolentino Hernández reflejaba así la perplejidad que la muerte del soldado Juan Alberto López López sembró en sus parientes y amigos, 17 días después de su regreso de la conflictiva Nayaf, en Iraq.

López López, uno de los militares que justo antes de salir de la ciudad iraquí había mandado a estampar una camisa con el rótulo “Yo sobreviví en Iraq”, murió el viernes por la tarde, poco después de haber sido arrollado por un automotor cuando iba a bordo de una bicicleta, en la carretera que de San Salvador conduce a Sonsonate.

El militar, de 23 años de edad, estaba gozando de sus 30 días de licencia, tras seis meses en Iraq, y en las primeras horas de la noche del viernes la muerte le ganó la vida en el Hospital Rosales, de San Salvador.

El soldado fue inhumado la tarde del domingo en la ciudad de Sacacoyo, La Libertad, de donde era originario. Don Cruz Hernández, de 85 años de edad, en cuya casa velaron los restos del militar, lo recuerda como un hombre sano, “pues no fumaba ni tomaba”.

Su madre, doña Francisca López, explica que su hijo salió ese día de su casa, ubicada en la finca La Joya, hacia el cantón Lourdes, jurisdicción de Colón. “Iba a comprarle una bicicleta que la había prometido a su hermanito, el más pequeño, Alexander Enrique.”

Era para cumplir una promesa que le hizo cuando en febrero salió rumbo a Iraq junto con otros 379 militares, uno de los cuales, Natividad Méndez Ramos, no pudo eludir la muerte en un combate con milicianos chiitas el 4 de abril.

La madre aceptó el deceso con resignación. “El señor ya tiene el día en que uno va a morir. Todos los días pensaba en él y pedía que no le pasara nada. Aquí vino ahora a fallecer”, dice la progenitora del soldado, madre de otros ocho hijos.