Imagen de archivo muestra parte de los estragos que causó el huracán Mitch.

Una lección que pasó arrasando todo a su paso

Mitch y su trágico camino

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En la retina de los salvadoreños, todavía está fijo el paso del huracán Mitch a finales de 1998. El huracán ha sido, hasta ahora, la mayor catástrofe meteorológica del país; la otra fue el huracán Fifí en 1974.

El nacimiento de Mitch fue trepidante. Comenzó a formarse cerca de las costas colombianas el 21 de octubre de 1998, justo una semana antes de abatirse sobre Centroamérica, y, en menos de 24 horas, se transformó en una tormenta tropical que causó numerosas lluvias en Jamaica.

Para el 22 de octubre, adquirió la categoría de huracán y tomó una ruta errática por el mar Caribe, alcanzando vientos de 300 kilómetros por hora. Finalmente, el 28 llegó a costas hondureñas donde permaneció durante tres días azotando con lluvias a esa nación y con ráfagas entre los 170 y 200 kilómetros por hora. Las zonas más afectadas fueron las cercanas a la costa atlántica y los valles cercanos a ríos.

Mitch, finalmente, entró a El Salvador el sábado 31 de octubre. Pero el daño ya estaba hecho desde antes. Las enormes cantidades de precipitación que dejó sobre Honduras aumentaron el caudal de los corrientes de agua que son afluentes de ríos salvadoreños como el Sumpul, el Paz, el Lempa. Las riadas arrasaron con numerosas comunidades en las riberas y desembocaduras de los ríos. La misma desgracia ocurrió en la zona sur de Nicaragua.

El camino de destrucción lo llevó luego a atravesar Guatemala, Belice y el estado mexicano de Chiapas. Mitch perdió fuerzas y desapareció el 3 de noviembre, cuando se dirigía a Florida, Estados Unidos.

El conteo final de los daños dejados en los 7 países que afectó fue aterrador. En total, 15 mil personas perdieron la vida y 11 mil resultaron lesionadas, y cerca de 3 millones y medio de personas quedaron damnificadas.

El rastro de Mitch en El Salvador

Hace 7 años, en 1998, El Salvador sufrió el embate del huracán Mitch, el precedente más cercano de una tragedia natural causada por un fenómeno meteorológico. Las lluvias y los fuertes vientos le arrebataron la vida a 240 salvadoreños, la mayor parte de ellos en el humilde poblado de Chilanguera, en San Miguel. Asimismo, 84 mil compatriotas más quedaron desamparados y 20 fueron dados por desaparecidos.

El paso del huracán Mitch dejó daños totales estimados en 388 millones de dólares, es decir, el país perdió el equivalente al 6.4 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

Según los datos proporcionados por el Comité de Emergencia Nacional (COEN), más de 10 mil viviendas fueron destruidas por el paso de Mitch en El Salvador. Los departamentos de Ahuachapán y San Miguel y la zona del Bajo Lempa, entre Usulután y San Vicente, fueron los más afectados.

"En esas zonas se concentra el 60 por ciento del total de los damnificados", aseguró un informe de la CEPAL, que asimismo cifró en cerca de 48 millones de dólares la inversión para reconstruir las viviendas dañadas.

Además, 22 unidades de salud fueron destruidas y 405 escuelas resultaron afectadas. Asimismo, la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados reportó severos daños en los sistemas de distribución de agua potable de 16 municipios.

Las comunicaciones terrestres con el oriente del país, vitales en ese momento debido a los severos daños que sufrió la población migueleña de Chilanguera, se vio interrumpida debido a la que fuerte corriente del río Lempa arrastró los dos puentes que lo atravesaban. Según la Comisión Ejecutiva del río Lempa (CEL), la crecida de agua en el río Lempa alcanzo la exorbitante cifra de 11 mil metros cúbicos de agua por segundo

Uno de los sectores más afectados fue la agricultura. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) estimó que 100 mil hectáreas de sembrados, la décima parte de los cultivos del país, se perdieron debido a la catástrofe y que murieron 10 mil cabezas de ganado. Una quinta de la cosecha de maíz y de caña de azúcar fue destruida, lo que significó la ruina de muchos agricultores y campesinos.