Carlos Salamanca es un consciente voluntario que desde hace cinco años integra Un Techo Para mi País, organización a la que representó a El Salvador en un encuentro mundial de jóvenes en Bari, Italia.
Indignación. Esa fue la reacción de Carlos Salamanca al conocer de forma directa la necesidad de muchos salvadoreños que viven sin tener un techo que les proteja.
Esa realidad la conoció a sus 18 años, en 2005, cuando se involucró por primera vez con una de las construcciones que ha realizado Un Techo Para mi País, El Salvador.
La buena noticia es que desde entonces ha continuado con el equipo de voluntarios levantando paredes y poniendo techos en diferentes municipios y, como él, otros jóvenes siguen llegando a la institución y asumiendo la responsabilidad de ser solidarios y así aliviar las necesidades de vivienda.
Él decidió seguir, porque “a medida iba a más construcciones observaba la precariedad en que vivían las familias, por lo que me daba indignación y me motivaba para hacer algo dentro de la institución (Un Techo Para mi País), a la cual vi como una herramienta para trabajar por El Salvador”, reflexiona Salamanca.
en encuentro mundial
Después de recorrer diferentes construcciones de la ONG, este joven de ahora 23 años fue invitado a formar parte del equipo de finanzas, por estudiar Administración de Empresas, y luego pasó al área de Voluntariado, donde trabajan para llamar a más universitarios a participar en las construcciones.
Por su constancia como voluntario, representó a A un Techo Para mi País, El Salvador, en un encuentro mundial de jóvenes en Bari, Italia, al que fue convocada la institución que tiene presencia en Latinoamérica. “Ahí se discutieron temas de relevancia social”, señala.
jornada de construcción
Según Salamanca, una rutina de construcción de casas inicia desde que salen los 300 ó 500 voluntarios hacia la comunidad en que trabajarán, y ahí se dividen en equipos, según la cantidad de casas a levantar.
Las jornadas de trabajo son de ocho de la mañana a cinco de la tarde, y para terminar de construir una vivienda de emergencia, cada equipo se tarda dos días.
“Durante la noche, nos reunimos las personas que estemos construyendo dentro de esa comunidad para reflexionar y así tener un pensamiento crítico, que complementa la enseñanza académica que recibimos en la universidad”, agrega.
Además de armar las viviendas, también conviven con las familias y juegan con los niños, lo cual les permite palpar aún más la realidad nacional.|
Después de concluir una casa temporal, Salamanca dice “me siento orgulloso, pero también insatisfecho, porque sé que la vivienda solo es un primer paso para el desarrollo de la familia (que la habitará)”. Agrega que posteriormente llevan proyectos de salud, educación, agua potable, microcréditos y capacitación para que los habitantes desarrollen algún oficio y así tengan oportunidades para gestionar su vivienda definitiva.
En el continente
Un Techo Para mi País fue importado desde Chile a El Salvador, en el año 2001.
Actualmente funciona en 15 países, donde estudiantes universitarios, concientes de su realidad, deciden ir a comunidades pobres a construir viviendas temporales.
En El Salvador, la ONG tienen más de nueve años de experiencia y ha construido más de mil 500 casas.
En este tiempo, han sido más de cuatro mil voluntarios los que han ayudado a construir viviendas temporales y, al mismo tiempo, conocen de cerca la pobreza.
“Esa es la única manera en que se van a generar profesionales con un perfil social fuerte”, señala Gerardo Calderón, director social de la institución.
En Chile, la organización nació en 1997.
Para inscribirse
Los salvadoreños que deseen inscribirse para construir viviendas, pueden hacerlo en www.untechoparamipais.org.sv/v2/
o llamar al 2243-3655.
“A medida iba a más construcciones observaba la precariedad en que vivían las familias.”
Carlos Salamanca.
Voluntario, Un Techo Para mi País.
“Esa es la única manera (hacer voluntariado en comunidades pobres) en que se van a generar profesionales con un perfil social fuerte.”
Gerardo Calderón.
Director Social, Un Techo Para mi País.