Bryan Ortiz, un joven de 15 años de edad, fue parte del programa que lleva a cabo Fútbol Forever, donde aprendió
a construir un pensamiento optimista para su futuro.
Geraldina Cestoni de Torres
Bryan Ortiz, de 15 años, fue uno de los primeros niños en experimentar con el programa “Niños del Futuro”, que trabajó en conjunto con la empresa privada y la fundación Fútbol Forever. La experiencia de Bryan inició con varias semanas de entrenamiento de fútbol en la cancha, donde aprendió a reforzar sus valores emocionales y la importancia de estos para la convivencia social y familiar. Luego, todo lo aprendido en las canchas fue puesto en práctica en la vida real durante las visitas que realizó al hotel Courtyard Marriot, donde le brindaron la oportunidad de experimentar una situación de la vida real, trabajando en las diferentes áreas del hotel.
“Para mí fue emocionante ver que la carrera que un día me llamó la atención para estudiar cuando salga de la escuela puede ser realidad con esta oportunidad”, dijo emocionado Bryan, quien desea estudiar hostelería y turismo. Actualmente estudia en la escuela Santa Eduviges, de la colonia La Campanera, en Soyapango.
Para Bryan esta experiencia lo ha ayudado a estar más consciente de las oportunidades que se le pueden presentar y de la importancia de tener metas en la vida. Ahora para él y sus compañeros todo es posible, y está consciente de que el esfuerzo y la perseverancia se deben cultivar todos los días.
Después de esta experiencia, Bryan invita a los jóvenes a involucrarse en este tipo de programas en los cuales, aparte del juego y la diversión, que por su edad es lo más importante, logran mejorar su autoestima y sentirse valiosos para su familia y la sociedad.
Todo comienza en la cancha
El programa “Niños del Futuro” es un componente importante de la fundación Fútbol Forever, proyecto que inició en nuestro país en 2007 y cuyo objetivo principal es el rescate de valores en comunidades de alto riesgo social.
El programa utiliza la práctica del fútbol enfocándose en que los niños mejoren su capacidad de aprendizaje a través del refuerzo de valores emocionales y su posterior aplicación en la vida cotidiana. Hasta la fecha, el programa se encuentra en siete escuelas de diferentes comunidades de Soyapango, Lourdes y Sonsonate, y se han beneficiado más de 3,500 niños.
“Estoy honrada de trabajar con el futuro del país y ver más allá en sus comunidades.”
Karen Catota, coordinadora general de Fútbol Forever
“Es importante que la empresa privada se involucre con programas para la juventud salvadoreña.”
Julia Bennet, gerente general Courtyard Marriot
“Todo es posible si uno pone el esfuerzo y el empeño hasta el fin.”
Bryan Ortiz, beneficiado por el programa