Pachuca marca el sueño de Oliver

Oliver Ayala no parece ser un joven diferente a otro de Tecoluca, no es ni más alto ni más moreno ni más serio que otros jóvenes que, sentados en el parque de la ciudad en San Vicente, dejan pasar las horas de sopor de la tarde.


Allá, en la cancha empedrada del cantón Los Caraos, Oliver hizo rodar por primera vez una pelota y puso en marcha la locomotora de su futuro. Hoy, cuatro años después, las cosas han cambiado. La cancha de Los Caraos muestra, aun en temporada seca, una frondosa y verde grama y Oliver, como esta, ha crecido en conocimientos y experiencias.

Ahora entrena a 2,600 metros de altura en la ciudad de Pachuca, en Hidalgo (México), donde pertenece a las fuerzas básicas del equipo homónimo. Desde hace año y medio llegó a la ciudad mexicana esperando una oportunidad para llegar a la primera división gracias a la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), en la que está desde hace tres años y medio.

“Esa disciplina la heredó de la mamá”, comentó Milton Ayala, padre de Oliver, quien reconoce que la clave del éxito ha sido la constancia que ha puesto el joven en el trabajo que hace a diario.
Desde los 11 años salió de San Vicente hacia San Salvador a entrenar y a prepararse como estudiante. “He visto muchos compañeros que se han ido y uno se siente mal por ellos, pero también por uno mismo”, dijo.

Uno de los momentos más duros que tuvo que afrontar fue la separación de sus padres. Fue precisamente en la fundación donde le ayudaron a pasar por este problema, pero él no solo se quedó con el conocimiento, sino que lo puso en práctica con sus tres hermanas menores. “Él tiene un sentido paternal bien marcado aun cuando no está en la casa todo el tiempo”, reveló el papá.
Si se le pregunta cuál es la clave de su éxito, baja la mirada y lo piensa un poco, pero al cabo de unos segundos lo define con una sola palabra: “amor”.
“Yo amo el fútbol, amo lo que hago y por lo mismo trato de hacerlo todos los días mejor y mejor o por lo menos intentarlo”, dijo Oliver, para quien su sueño es llegar, algún día, a jugar profesionalmente en España.
En México comparte alegrías y tristezas con Edwin Ortiz, otro compañero salvadoreño un año mayor que él. Entre el estudio, los entrenos y los partidos, dice pasar bastante ocupado, pero siempre siente nostalgia por su país.
“Cada vez que vengo me acuerdo de esta canchita donde yo di mis primeras patadas. Hoy está bonita, en aquel entonces tenía hoyos y siempre había más de alguna piedra”, relató.
Sus amigos y vecinos lo reciben siempre como a un triunfador. Como el ejemplo de que se puede ser futbolista salvadoreño y de no tener miedo a soñar.
A sus 11 años, cuando todo esto empezó, nunca se imaginó que podría llegar hasta donde hoy está después de haber viajado por toda Centroamérica, Estados Unidos e incluso Inglaterra. Hoy, sueña más grande y más fuerte mientras le pone la misma dosis de esfuerzo a su ilusión.

 

“La verdad es que nunca me imaginé poder tener esta oportunidad, es como un sueño.”
Oliver Ayala, salvadoreño jugador de las fuerzas básicas del Pachuca

 

Perfil

Nombre:
Oliver Ayala.

Estudios:
Estudia bachillerato en las fuerzas básicas del Pachuca.

Experiencia:
Tres años y medio participó en la Fundación Educando a un Salvadoreño, y uno y medio en el Pachuca, con el que ha ganado tres títulos en torneos interclubes mexicanos.

Posición:
Defensa central