Ninguna enfermedad o padecimiento impide que los pequeños pacientes del Hospital Benjamín Bloom reciban el don del conocimiento.
Ana María González
El olor a medicina, a hospital, está siempre presente. Hay sueros, transfusiones de sangre, hemodiálisis y muchas otras atenciones típicas de los centros de atención. Lo atípico son las canciones interpretadas por el maestro Héctor Henríquez. Son las clases de música en el anexo del Hospital Bloom. Los pequeños que están ingresados cursan su año escolar en el nosocomio, donde al finalizar del año reciben su diploma.
Los maestros de inglés, matemática, música, dibujo y otras asignaturas se esmeran para que cada niño, de los diferentes servicios del Bloom, se mantenga al corriente con sus tareas y sus estudios. En junio de 2001, la escuela, bautizada como Reinaldo Borja Porra, recibió la autorización del Ministerio de Educación para hacer las promociones desde parvularia hasta el noveno grado.