Lo que comenzó como una inquietud científica se convirtió con el tiempo y mucho trabajo en una exitosa microempresa de productos orgánicos para el cuidado personal. Hoy, la empresa Shuchil continúa transitando el camino del crecimiento.
Perfil
NO M B R E :
Matilde Carrillo de Palomo.
P RO F E S I Ó N :
Graduada de Arquitectura de
la Universidad Albert Einstein.
E M P R E SA :
Directora de la empresa de
productos para el cuidado
personal con ingredientes
orgánicos Shuchil, 1986.
FAMILIA:
Madre de dos hijas.
Es la mayor de tres hermanos.
La empresa de productos orgánicos Shuchil (que en náhuatl significa flor) fue de las primeras empresas exitosas que ofrecieron productos con ingredientes orgánicos en el país. Según su directora, Matilde Carrillo de Palomo, todo inició por investigaciones sobre las bondades de ciertas plantas y frutas originarias del país que su padre, Santiago Carrillo, realizaba en una finca familiar ubicada en Panchimalco. A raíz de estos hallazgos decidió crear una microempresa casera de elaboración de jabones naturales en 1986. En un inicio, utilizaron
aceites de bálsamo, coco, aceituno y aguacate. Como en ese entonces no había mucha información disponible sobre lo orgánico, la regla por la que se guiaron fueron los ensayos.
El siguiente paso fue empezar a participar en ferias agrícolas y buscar asistencia técnica y financiera de programas de desarrollo para micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Con el tiempo, a pesar de que no eran una marca conocida y no había mucha demanda de este tipo de productos, lograron colocar sus jabones permanentemente en cadenas de supermercados y posteriormente en tiendas especializadas.Pronto la tenacidad de sus propietarios comenzó a dar sus frutos al lograr participar en ferias regionales y tan solo tres años después de su nacimiento, ser invitados a una feria especializada en Alemania. “Desconocíamos de las oportunidades que teníamos en el mundo de los productos orgánicos, pero tuvimos que hacer mejoras en empaque, formulación y presentaciones”, dice Carrillo.
Con esas mejoras, en 1995, Shuchil obtuvo la certificación de la agencia independiente BCS Öko-Garantie de Alemania, la cual acreditaba que su producción agrícola era completamente orgánica. El reconocimiento terminó de abrirle nuevas puertas. Tanto así que en 1999 se extendieron a líneas de champú, cremas humectantes y otros, y entraron a algunas ciudades de Estados Unidos. La lista de logros no se ha detenido ahí. Hace dos años, la marca dio el salto al mercado asiático y participó en ferias en Taiwán, lo que le permitió adquirir nuevos clientes. Uno de los éxitos más recientes de la compañía que actualmente emplea a 10 personas en su fábrica se registró el año pasado, cuando junto a otros empresarios locales crearon el grupo Cuscatrading, que ofrece diversos productos artesanales en la página de internet A m a z o n .co m . “Han sido años de trabajo duro pero de constantes saltos de calidad, porque no se trata solo de entrar sino de sostenerse en el tiempo e involucrar a otros productores en la cadena”, puntualiza la empresaria.