Nueva York nunca duerme y nunca se detiene a descansar. Si hace 10 años se sacudía los escombros del peor atentado terrorista en suelo estadounidense, hace dos semanas batallaba con lluvia e inundaciones, un fenómeno meteorológico muy raro en esta parte del este de Estados Unidos.
Óscar Díaz
Pasado el susto, los neoyorquinos volvieron a lo suyo. A mediados de agosto, una semana antes del huracán Irene, la ciudad más poblada de Estados Unidos rebalsaba de turistas veraniegos venidos de todos lados del mundo. Las típicas postales por el “midtown”, como se conoce a la parte media de la isla de Manhattan, eran las de siempre: hordas de transeúntes caminando por Times Square, frenesí adentro y afuera de las tiendas de la zona, sin faltar los teatros, donde artistas de Hollywood llegan a demostrar sus dotes en las tablas. Las estadísticas de turistas en la Gran Manzana no han dejado de crecer desde el año 2000, cuando se recibieron 36.2 millones. El año pasado, la cifra fue de 48.8 millones, en ambos años tomando en cuenta a visitantes de otras ciudades estadounidenses y los provenientes de otros países. Los datos son del sitio oficial para promover el turismo en la ciudad, www.nycgo.com.
A pocos días de que se conmemoren 10 años del fatídico atentado terrorista que derribó las torres gemelas y que costó la vida a cerca de 3,000 personas, el alcalde, Michael Bloomberg, considera que las heridas han sanado. El jefe edilicio, un multimillonario que se atrevió a hacer declaraciones en español durante la emergencia por Irene, dijo que la ciudad representa “una de las historias de retorno más grandes de la historia estadounidense”, según lo citó ayer la agencia noticiosa The Associated Press.
“Las predicciones de que Nueva York nunca podría recuperarse del impacto del 11-S se ha demostrado que eran erróneas”, dijo Bloomberg, fundador del imperio mediático de información económica que lleva su apellido.
En 10 años también Nueva York ha cambiado muchas cosas. Los Yanquis, el equipo más laureado del béisbol estadounidense y orgullo de la ciudad, demolió su viejo estadio y ahora juega en uno nuevo. Los taxis amarillos ahora llevan una pantalla táctil en la cual el pasajero puede verificar el recorrido mientras ve las noticias locales. La ciudad se preocupa porque los taxistas no se aprovechen de los turistas, dijo Ricardo Lambertini, un representante en Argentina de Nycgo.com a un grupo de visitantes de Centroamérica.
También ha cambiado el paisaje donde antes existieron las torres gemelas. El calor veraniego, con lluvias que pueden aparecer en cualquier momento, es aprovechado para continuar con la construcción de las cuatro torres y dos piscinas en el lugar donde se erigieron los imponentes edificios.
A mediados de agosto, el diario USA Today publicó una galería fotográfica del memorial en homenaje a las víctimas que será inaugurado este domingo. Entre los centenares de obreros, el diario de tirada nacional fotografió a dos salvadoreños que daban los toques finales a las piscinas del memorial. Así, los compatriotas José Ventura y José Guevara quedaron inmortalizados dando su aporte a uno de los proyectos más importantes de la ciudad que nunca duerme, ni descansa.
“Las predicciones de que NY nunca podría recuperarse del impacto del 11-S se ha demostrado que eran erróneas.”Michael Bloomberg, alcalde de NY