Impreso por nguzman el 09/13/01 a las 8:22PM horas
Viernes 14 de septiembre de 2001
LA PRENSA GRÁFICA
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SE SALVA DE MILAGRO.
Omar Eduardo Rivera, quien se encuentra ciego, narra a la cadena colombiana de televisión
Caracol cómo logró salir con vida del atentado terrorista en contra de las torres gemelas.
ARDUO TRABAJO.
Rescatistas
continúan en el
segundo día los
trabajos en busca
de las víctimas en
las torres
gemelas en
Manhattan.
Cámara salva
vida a nadador
Thorpe
Perro guía fiel
a su amo ciego
Ian Thorpe, campeón olímpico
australiano de natación.
Sydney. Reuters. El campeón
olímpico australiano de nata-
ción Ian Thorpe habría estado
en el último piso del World Tra-
de Center en el momento de los
ataques si no se hubiese olvida-
do su cámara fotográfica.
El adolescente iba camino al
mirador de las torres gemelas,
cuando de pronto se percató de
que había olvidado su cámara
en el hotel.
Thorpe regresó para buscar-
la y estaba a punto de volver al
lugar, cuando el primer avión
secuestrado se estrelló en el edi-
ficio.
“Estuvo probablemente a 20
minutos de estar allí”, dijo
Frank Turner, uno de los agen-
tes de nadador, a la radio aus-
traliana.
“Estaba
impresionado...
unos minutos después y quién
sabe lo que le hubiera pasado”,
agregó.
Thorpe, acompañado de la
esposa de otro empresario, Mi-
chelle Flaskas, viajó a Nueva
York para participar en una ac-
tividad relacionada con lamoda
promovida por el diseñador
Giorgio Armani.
Él ganó tres medallas de oro
en los Juegos Olímpicos de Syd-
ney, del año pasado, y otras seis
de oro en los campeonatos
mundiales de este año, en Ja-
pón.
A
GENCIAS INTERNACIONALES
INTERNACIONAL@LAPRENSA.COM.SV
Bogotá. AFP. Gracias a la fide-
lidad y astucia de su perro guía
“Tops”, que nunca lo desampara,
el ingeniero colombiano Omar
Rivera, un invidente que trabaja-
ba en el piso 71 de la torre uno del
destruido World Trade Center, de
Nueva York, se salvó de morir en
el ataque terrorista, bajando por
las escaleras.
Rivera, de 40 años, e invidente
desde hace 14, narró ayer, a Radio
Caracol, de Bogotá, la odisea que
vivió cuando fue impactada la to-
rre uno por un avión secuestrado
de American Airlines y su poste-
rior evacuación en compañía de
“Tops”, un perro labrador dorado,
y su jefa, Ann, quienes salvaron
sus vidas tras una hora y diez mi-
nutos de descenso por las escale-
ras de emergencia.
“Cuando el avión impactó el
edificio,mi jefeAnn, yo ymi perro
‘Tops’ salimos a buscar las escale-
ras de emergencia que se encon-
traban muy cerca de nuestra ofi-
cina. Estábamos en el piso 71. Yo
tomé el brazo izquierdo de Ann y
conmimano derecha, detrásmío,
iba ‘Tops’. En medio de todo iba
protegido, pero lo cierto es que el
perro nunca me abandonó”, rela-
tó, emocionado.
Según el ingeniero, la evacua-
ción de la torre uno desde el piso
en que se encontraba “fue lenta”
por la gran cantidad de gente que,
presa del pánico, intentaba aban-
donar lo más rápido posible el lu-
gar. “Había mucho humo. El res-
pirar ya era una dificultad y el
olor a gasolina era evidente. Esta-
ba comenzando a pasar por dis-
tintos pisos y era intenso. Y eso
conjuntamente con el pánico que
se creó en el descenso de las esca-
leras hicieron complicada la eva-
cuación”, recordó el colombiano.
“El edificio no estaba tamba-
leante, pero sí se sentían cosas
que comenzaban a quebrarse en
algún sector. Yo calculo que iría
descendiendo en el piso 65 ó 64
cuando escuchamos un impacto
fuerte. Mi impresión en ese mo-
mento es que una parte del edifi-
cio se había desprendido”, agre-
gó.
Ese momento al que hacía re-
ferencia Rivera corresponde al
impacto del segundo avión se-
cuestrado contra la torre dos.
“Le dije ami compañera que el
edificio iba a colapsar. Ella me
dijo que no mencionara eso y que
simplemente siguiéramos y que
no me fuera a soltar de su mano”,
evocó en su relato.
Según el, la onda explosiva que
produjo el impacto del avión en la
estructura del segundo edificio hizo
que donde se encontraba “tamba-
leara”.
“Sentía que las escaleras comen-
zaban a fallar y que por ellas esta-
ban corriendo agua y gasolina. Las
escaleras se pusieron resbalosas,
Y mientras todo el caos giraba a su
alrededor, “Tops” seguía aferrado a su
brazo, y, aunque muy inquieto, nunca
ladró, recuerda Omar Rivera.
pero a pesar de la inestabilidad
‘Tops’ seguía detrás mío.”
Cada paso que daba, cuenta Ri-
vera, era una sensación de recuer-
dos, en los que su familia, su esposa
y tres hijas desfilaban permanente-
mente. “Pensaba en Dios y le pedía
que me diera licencia para salir,
que me diera el privilegio de seguir
viviendo”, puntualizó.
Rivera laboraba para el Depar-
tamento Tecnológico de Servicios
de InformacióndeNueva York, pro-
pietario de las colapsadas torres ge-
melas, cuyos funcionarios supera-
ban los 300 empleados.
“No sé qué pudo pasar con la
gran mayoría”, dijo entre sollozos.
“Cuando ya llegamos a la calle, la
angustia y la confusión eranmonu-
mentales. La gente gritaba, las pa-
redes comenzaron a caer y todo es-
taba a punto de colapsar. Sólo Dios
me sacó del edificio.”
Y mientras todo el caos giraba a
su alrededor, “Tops” seguía aferra-
do a su brazo, y, aunque muy in-
quieto, nunca ladró, recuerda el in-
geniero. “Cuando salimos lo quehi-
cimos fue correr, correr y correr,
‘Tops’ nunca ladró y creo que por
alguna razón comprendía lo que
sucedía”, concluyó.
AP/ LA PRENSA.
AP/ LA PRENSA.