El cansancio, la sed y la sofocación afectaron a los espectadores en estadio Charláix. En algunos momentos, las presentaciones artísticas tuvieron que detenerse para poder desalojar a las personas desmayadas o calmar los encendidos ánimos de la gente.

Claudia Huete con reportes de Óscar González

Foto de La Prensa/Óscar González

“Si se portan bien, les traigo $40 de agua”, decía el alcalde de San Miguel, Wilfredo Salgado, a los miles de espectadores que atestaron esta noche y madrugada el estadio Juan Francisco Barraza.

Ante el calor, la desesperación, el cansancio y la larga espera del grupo más fuerte de la noche, Los Temerarios, de México, Salgado pedía calma y tranquilidad, estados que se perdieron al menos en dos ocasiones, y estuvieron a punto de romperse en varios momentos a lo largo de la noche.

En horas de la mañana del sábado, Salgado calculó que la presentación de Los Temerarios se haría a eso de las 10:00 de la noche.

Cuando el reloj marcaba 11:30 p.m., el edil anunció a los asistentes que el tan esperado grupo ya estaba en un hotel en San Miguel, y que su presentación iniciaría en aproximadamente 40 minutos más tarde.

El alcalde mencionó, sin mayores detalles, que el retraso se debía en parte a que un camión con el equipo de Los Temerarios había sido retenido en la frontera de Guatemala. “Sin el vicepresidente de Honduras, Víctor Hugo Barnica, Los Temerarios no hubieran ingresado a El Salvador”, dijo Salgado sin más explicaciones.

A las 2:30 de la mañana, aunque ya se había instalado equipo e instrumentos de Los Temarios, estos brillaban por su ausencia. Los organizadores calmaban la impaciencia de los asistentes con pistas de canciones del grupo que tanto esperaban. Los Temerarios mexicanos empezaron su concierto, ante un público que todavía se cifraba en cientos, a las 2:50 de la madrugada.

A esa hora, ya se habían reportado disturbios, ocho lesionados, amenazas por parte del alcalde con rociar a los asistentes revoltosos con gas pimienta, la posibilidad de suspender las actividades artísticas por desórdenes, personas desmayadas, entre otros.