Durante décadas, las flores que adornan la carroza de la Virgen de la Paz, patrona de El Salvador, han sido donadas por todas y cada una de las primeras damas de la República, como muestra de su fervor religioso.
Para este año la tradición se rompió, de acuerdo con miembros de la Congregación de Señoras Marianas de San Miguel, ya que la primera dama de la nación, Vanda Pignato, se negó a donar las flores de la Virgen.
Debido a la negativa de la secretaria de Inclusión Social, las organizadoras decidieron solicitar los fondos para el arreglo de la carroza y la iglesia a la empresa privada, pues no tenían presupuestado realizar este gasto.
Finalmente los fondos para adquirir las flores y que ascienden a $1,500 fueron donados por los propietarios de una empresa migueleña que distribuye agua embotellada.