Obama: una gira llena de simbolismo pero sin anuncios concretos
El presidente estadounidense Barack Obama finalizó el miércoles su primera gira por América Latina, un viaje cargado de simbolismo pero sin grandes anuncios que permitan a la región aspirar a un apoyo concreto de la potencia del norte, señalaron analistas a la AFP.
Brasil, Chile y El Salvador esperaban que la primera visita de Obama abordara de forma concreta contenciosos comerciales, temas migratorios, la lucha contra las drogas o el asiento permanente brasileño en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, la visita culmina “sin anuncios en temas sustantivos”, resumió Francisco Rojas, secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
El director del Programa de Estudios Latinoamericanos de la prestigiosa Universidad Johns Hopkins en Washington estimó que “ha comenzado un nuevo capítulo en las relaciones Estados Unidos-Brasil, pero con pocas expectativas de grandes iniciativas.
Obama no apoyó a Brasil para el Consejo de Seguridad y las barreras agrícolas mantienen al etanol brasileño fuera del mercado estadounidense”, destacó en conversación telefónica con la AFP.
Tras reunirse con la presidenta Dilma Rousseff en Brasilia, Obama se limitó a manifestar su “aprecio” por la mayor reivindicación brasileña en la arena diplomática, que es precisamente formar parte de un eventual Consejo de Seguridad ampliado.
En este sentido, David Fleischer, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Brasilia, dijo que “los brasileños quedaron decepcionados” al no recibir un apoyo explícito para integrar el Consejo.
Y “en términos comerciales, no hubo ninguna propuesta porque Obama quedó amarrado. (…) Los problemas que tiene con Brasil (las barreras al jugo de naranja y etanol) no los puede resolver él”, destacó.
Existió una gran disonancia entre la presentación de la gira latinoamericana de Obama y lo que finalmente resultó, según Juan Gabriel Tokatlian, profesor de Relaciones Internacionales de Universidad Torcuato Di Tella en Argentina.
Al inicio “hubo una serie de referencias a que comenzaba una suerte de nuevo diálogo en la región, que implicaba reubicar a América Latina en un centro de atención significativo.
El resultado final es una visita casi intrascendente, que no pudo concretar ningún hecho efectivo, tanto en lo económico, en lo comercial, ni en lo político de alta relevancia”, estimó.
Para Roett esa situación se explica por el hecho de que la atención de Estados Unidos está enfocada en las crisis en Medio Oriente y el norte de Africa, además de las guerras en Irak y Afganistán, lo que le deja a América Latina poco espacio en la política exterior de Washington.
“Hay poco, si hay, lugar para importantes iniciativas (en América Latina). Y si habrá un foco, será en México y no en América del Sur, en lo que refiere a temas de seguridad, drogas, inmigración”, destacó.
El ex canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia (1995-2001) dijo a la AFP que aunque “América Latina nunca está muy presente” en la política exterior de Estados Unidos, “que algunos países sí” marcarán presencia en el futuro, particularmente las grandes economías de Brasil y México.
Aunque la visita careció de decisiones concretas en temas de importancia para la región, los especialistas coincidieron en que tuvo un gran peso simbólico y significó una reaproximación de Estados Unidos con esta parte del mundo.
“El problema en los últimos años es que Estados Unidos se apartó de la región porque no había intereses concretos”, estimó Rubens Barbosa, ex embajador brasileño en Washington (1999-2004).
Para el diplomático, América Latina no representaba una amenaza ni un mercado interesante para Estados Unidos. Pero “ahora eso comienza a cambiar, porque la región está creciendo, el mercado brasileño está creciendo. Y China está ocupando un espacio en detrimento de empresas (norte)americanas”, afirmó.
China pasó a ser el primer socio comercial de Brasil hace dos años y el primer inversor el año pasado.
Con la decisión del gobierno estadounidense de realizar la gira a pesar de la turbulenta situación internacional, se priorizó “darle la postergada prioridad a América Latina”, según el analista político argentino Rosendo Fraga.
“En su visita a Brasil, (Obama) ha reconocido el rol de este país como potencia global”, en Chile destacó su democracia mientras que en El Salvador transmitió un mensaje sobre el crimen organizado y el narcotráfico, resumió.
Para los ex cancilleres chilenos Soledad Alvear (2000-2004) e Ignacio Walker (2004-2006) la visita significó una valorización de las relaciones entre países del mismo continente.
En el hecho de llegar con “un mensaje basado en un trato entre iguales, lo más destacable es que hay una actitud y una disposición distinta. Me parece bastante promisorio”, matizó Walker.
No obstante, para Roett, América Latina no debe esperar de Washington “grandes iniciativas públicas en un futuro cercano”.