Una de las boletas para elegir la crema y nata de la industria cinematográfica en Estados Unidos procederá de San Salvador este 2012.
Blanca Abarca
El cineasta salvadoreño André Guttfreund está a punto de enviar su papeleta de votación para los premios Oscar 2012.
La boleta será remitida, vía correo postal, desde la ciudad de San Salvador hasta las oficinas de Price Water House Cooper en Los Ángeles (California, Estados Unidos). La hoja deberá estar antes de las 5 de la tarde del martes 21 de febrero para ser tomada en cuenta.
“Ya solo me falta ver ‘The Descendant’”, contó Guttfreund.
El productor audiovisual es uno de los 5,900 miembros de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas que enviarán su veredicto manuscrito en 16 categorías. Anualmente, los miembros de esta sociedad dedicada al cine seleccionan 20 trabajos de un lote de al menos 600 propuestas. Esta primera selección debe ser vista por todos los afiliados para definir las candidaturas finales.
Hay estudios de producción que piden que su película sea considerada solo para una categoría de nominación, comenta Guttfreund en la terraza de su hogar en San Salvador, mientras revuelve en una caja de cartón pequeñas fundas de papel con los discos de las películas nominadas.
“Estos discos tienen una marca de agua que corresponde a cada miembro de la Academia”, cuenta Guttfreund, quien es miembro de la Academia que otorga los Oscar desde 1978. Su incorporación se dio gracias a la nominación y padrinazgo de Gerard Anthony “Tony” Bill. Previamente, en 1976, había ganado un Oscar con el cortometraje “En la región de hielo”.
Hoy por hoy Guttfreund dirige el Teatro Nacional de San Salvador desde agosto de 2011, en un país donde no hay una industria formal de cine pero sí varias iniciativas de formación en centros privados de estudios superiores.
Si una de las copias de las películas nominadas llegara a manos de la industria pirata de cine, la Academia abriría un proceso que podría culminar con multa y expulsión. Paralelamente, el socio enfrentaría un juicio en las instancias federales estadounidenses.
Guttfreund se abstiene de revelar por quién dará su voto, ya que la Academia establece un estricto código de silencio al respecto. Junto a la hoja de votación, la organización anexa un volante rojo en el cual recuerda la política de discrecionalidad. “La junta de gobierno de la Academia le insta a no revelar cómo votó. Los pronósticos de ganadores reducen el impacto de nuestro programa de presentación y son injustos para los candidatos”, recordó Thom Sherak, presidente de esta sociedad cinematográfica.
El salvadoreño confiesa que más de alguna vez ha apostado con sus colegas sobre la cinta que recibirá el galardón de mejor película.