Más de 100 con el Chagas
La enfermedad de Chagas fue descubierta en 1909, seis años antes del nacimiento de LA PRENSA GRÁFICA. Hoy en día, según la OMS, de los 10 millones de enfermos de este mal en el mundo, ni el 1 % recibe tratamiento médico. De esos, dos millones habitan en Brasil.
Por Carolina Meléndez y AP
El mal de Chagas “no es una enfermedad que atraiga a las compañías farmacéuticas, porque está vinculada a la pobreza. Los únicos medicamentos fueron desarrollados en los sesenta y estaban destinados a animales. Después se encontró que servía a los humanos”, enfatizó Bernard Pécoul, director de la organización no gubernamental Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés), entidad que ha desarrollado una formulación pediátrica para mejorar el tratamiento en niños afectados por el mal, que afecta el funcionamiento del corazón y del aparato digestivo, con estados febriles.
El mal de Chagas es una enfermedad infecciosa provocada por la picadura de la vinchuca o chinche y es endémica desde México hasta Argentina. Sobre todo afecta a zonas rurales y suburbios pobres, pero también puede ser infectada mediante transfusiones y contagio materno. Aunque gracias a las migraciones el Chagas se ha globalizado, se sabe que en Estados Unidos y Canadá hay unos 300,000 enfermos, en su mayoría migrantes latinos.
Muy a diferencia de la malaria o el dengue, el mal de Chagas es una enfermedad poco conocida en el mundo.
El Trypanosoma cruzi, un parásito descubierto hace más de un siglo por el científico brasileño Carlos Chagas, que dio nombre a la enfermedad, apenas ha llamado la atención mundial, incluso en la actualidad la visión de los expertos no está enfocada en este mal, lastimosamente.
Si desde el 23 de abril de 1909, cuando Chagas descubrió por primera vez al protozoario Trypanosoma en la sangre de una niñita de tres años, los estudios se hubieran centrado en el mal, la situación de los casi 10 millones de personas que la padecen en el mundo fuera diferente.
Chagas sospechaba que el parásito podría causar la enfermedad humana, debido a la prevalencia del vector insecto en hogares humanos y su hábito de picar gente, por lo que tomó muestras de sangre y observó inclusiones parasitarias en el cerebro y el miocardio que podrían explicar algunas de las manifestaciones clínicas en personas enfermas. Muy a pesar de su logro en el mundo de la medicina, Chagas murió en Río de Janeiro de un infarto agudo de miocardio, con tan solo 55 años.
Hoy en día, la mayor parte de los esfuerzos se han centrado en el control de la transmisión a partir de fumigaciones para interrumpir la expansión del insecto que transmite el parásito.
De todos los retos a los que el Chagas hace frente a más de 100 años de haber sido descubierta, el olvido –incluso negligencia– ha sido el principal obstáculo. Hasta hace poco, se consideraba que era una enfermedad autoinmune cuyo tratamiento, según se creía, era ineficaz, pero hoy en día hay más investigación y nuevos tratamientos para la fase inicial.
Gracias a eso, y como consecuencia, millones de personas afectadas por esta enfermedad, con recursos muy escasos, han tenido que asumir como fatalidad natural la ausencia de interés político y económico para poner remedio a su dolencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) provoca 10,000 muertes al año.
Su descubridor
Carlos Justiniano Ribeiro das Chagas fue un médico e investigador brasileño, que descubrió en 1909 la tripanosomiasis americana, también llamada en su honor enfermedad de Chagas, mientras trabajaba en el Instituto Oswaldo Cruz de Río de Janeiro.
Darwin pudo padecerla
Los historiadores creen que Charles Darwin murió por problemas del corazón y nuevos indicios afirman que pudo tratarse del mal de Chagas.
Mary Tifoidea contagió a Nueva York
A finales del siglo XIX la fiebre tifoidea era muy común, causando miles de casos con una alta tasa de mortalidad. Pero entre 1900 y 1915 se produjo una serie de brotes.
Mary Mallon era una cocinera irlandesa que vivió gran parte de su vida en Nueva York y es también conocida –en la historia– como María Tifoidea o María la Tifosa. Según diversos sitios médicos en internet, Mary fue la primera persona en Estados Unidos a la que se identificó como un portador sano de los patógenos asociados con la fiebre tifoidea. A Mary se le achaca el contagio de 53 personas y tres muertes por esta enfermedad.
Según se sabe, fue durante 1900 y 1915 cuando se produjo una serie de brotes en Nueva York que destacó sobre el resto porque no parecía existir nada que los causara. Todo era culpa de Mary, quien fue la primera persona en ser diagnosticada como portadora asintomática y fue obligada a estar en cuarentena por un tiempo por la autoridades de salud pública de Estados Unidos.
Pero, al salir, en 1915 tuvo lugar un nuevo brote de fiebre tifoidea en un centro de maternidad neoyorkino y, de nuevo, todo parecía señalar como culpable a una cocinera que decía llamarse Mary Brown. Mary cambió su apellido para continuar trabajando como cocinera sin que se le relacionara con su problema. Esta vez Mary Mallon fue confinada de por vida a North Brother, donde murió de apoplejía en 1938.
La fórmula para vivir 100 años
Los japoneses son la población más longeva del mundo, según diferentes investigaciones.
¿Como seres humanos, quién no quisiera llegar a los 100 años de vida? Seguramente muchos responderán afirmativamente a esta pregunta, a otros quizá les preocupe o no les interese llegar a esa edad como muchos abuelos o bisabuelos que aún hay con vida.
Pero, ¿por qué envejecemos? Todos los días sufrimos daños y estos no se reparan perfectamente y es precisamente esta acumulación de daños (malos hábitos y mala alimentación, por ejemplo) no reparados lo que causa las enfermedades relacionadas con la edad.
Según la ONU, Japón tiene el mayor número de personas centenarias del mundo. A partir de una investigación que intentaba descubrir las razones de esta longevidad, un grupo de médicos –los doctores Craig y Bradley Wilcox, entre ellos- concluyó que se relacionaba con los alimentos.
Esta dieta japonesa es muy nutritiva, reducida en calorías y con un alto contenido de minerales, antioxidantes, micronutrientes y vitaminas. ¿Qué se come? Vegetales de todo tipo, tofu, algas, frutas tropicales, pescados (omega 3), aceite de canola y cerdo en pequeñas porciones y lo menos frito posible.
Tome en cuenta
En cada década la esperanza de vida aumenta dos años y medio, lo que representa 25 años por siglo, según James Vaupel, director del Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas de Rostock, Alemania, donde preside el Laboratorio de Supervivencia y Longevidad.
El gran descubrimiento de Fleming fue por error
Trece años después de la fundación de LA PRENSA GRÁFICA, exactamente en septiembre de 1928, el bacteriólogo británico Alexander Fleming debe su fama al descubrimiento de la penicilina, un antibiótico que revolucionó la medicina moderna. La utilización de esta sustancia permite, incluso hoy en día, tratar diversas enfermedades que, hasta bien entrado el siglo XX, se consideraban incurables. La penicilina fue el primer antibiótico empleado en medicina y su descubrimiento es atribuido a Fleming, quien junto con otros científicos médicos obtuvieron el premio Nobel de Medicina en 1945. La penicilina salvó las vidas de muchos soldados en la Segunda Guerra Mundial, pero la oferta era muy limitada, y el fármaco se excreta rápidamente del cuerpo, por lo que los pacientes tenían que ser dosificados con frecuencia.
La insulina llegó seis años después
El descubrimiento de la insulina fue otro de los grandes descubrimientos que llegaron luego del nacimiento de LA PRENSA GRÁFICA. La insulina fue descubierta en 1921 por sir Frederick Grant Banting como consecuencia de una serie de experimentos realizados en la cátedra del Prof. John J. R. MacLeod, profesor de Fisiología de la Universidad de Toronto. Según el sitio Iqb.es, en tan solo nueve semanas, luchando contra reloj, Banting y Charles Best, estudiantes de Química, ligaron el conducto pancreático de varios perros y obtuvieron un extracto de páncreas libre de tripsina. Después provocaron una diabetes experimental en otros perros y, una vez desarrollada la enfermedad, comprobaron que la administración del extracto de páncreas de los primeros reducía o anulaba la glucosuria de los segundos. Habían descubierto la insulina.