Los últimos días de mayo y primeros de junio reportaron una profunda crisis de naufragios en el Mediterráneo.
Los naufragios de embarcaciones abarrotadas de hombres, mujeres y niños se multiplicaron en la costa sur europea, en el pasaje entre el norte de África e Italia, y hasta la isla griega de Creta.
Fueron 1,086 personas desaparecidas o ahogadas en las aguas del Mediterráneo sólo en el mes de mayo, lo que no disuadía cada día a cientos de personas de intentar la peligrosa travesía.
El aumento de refugiados y exiliados hacia Europa provocó profundas discusiones en la Unión Europea sobre cómo manejar la crisis, llevando a países como Italia, Alemania, Francia y España a fabricar permisos y habilitar asilos para quienes lograban salir con vida de la mortal travesía. Hasta el momento, la cantidad de refugiados sigue aumentando, por lo que Europa se prepara, para 2017, con nuevas políticas de integración, solicitadas también desde el Congreso de la ONU.
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