Dentro de la final, figuraron los hermanos Blas y Álvaro Lizama, jugadores de Dragón y Águila respectivamente, quienes hicieron historia al ser los primeros hermanos de sangre en disputar una final en equipos diferentes. El sueño verde del Dragón le bastó para clasificarse a la Liga de Campeones de CONCACAF, donde acabó último lugar de su grupo con tan solo dos puntos y recibiendo una goleada ante el Saprissa en suelo tico por 6-0.
Finalmente, en el torneo Apertura 2017, el equipo se derrumbó y terminó con el despido del entrenador Víctor Sevilla y la llegada de Nelson Ancheta, aunque el Dragón acabaría en el 11° lugar de la tabla general y en plena disputa con la Universidad de El Salvador por la permanencia.