Cadáver del Papa es colocado dentro del atáud

Agencias
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Se cumplió su instrucción de que su rostro fuera cubierto por un manto blaco empapado en agua bendita.

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Viernes 8 de abril (1:30 a.m.) El cadáver de Juan Pablo II fue introducido a primeras horas de la mañana de hoy (hora local de Italia) en el féretro de ciprés, el primero de los tres en los que será depositado, en una solemne ceremonia celebrada en el interior de la basílica de San Pedro.

En presencia del Camarlengo de la Iglesia Romana, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, el cuerpo sin vida de Karol Wotyla fue introducido en un féretro de ciprés forrado de terciopelo carmesí.

Martínez Somalo comenzó el rito afirmando que estaban allí para cumplir un acto de piedad, como es dar sepultura al fallecido.

Tras ser colocado en la caja, el Maestro de Ceremonias Pontificias, el arzobispo Piero Marini, leyó el "Rogito", un pergamino en el que está escrita la vida y obras más importantes de Juan Pablo II.

Después, Marini y el secretario privado de Juan Pablo II, Estanislao Dziwisz, cubrieron con un velo de seda blanco el rostro del Papa.

Tras ese rito, el Camarlengo esparció con agua bendita el cadáver de Juan Pablo II.

Inmediatamente después, el arzobispo Marini introdujo en el féretro las medallas acuñadas durante el Pontificado y un tubo de plomo en cuyo interior se colocó el "Rogito", tras sellarlo con el sello de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.

Durante la ceremonia se cantó la ántifona "El alma mía tiene sed de Dios, del Dios viviente: *cuando veré el rostro de Dios?".

Al rito de cierre del ataúd asistieron el decano del Colegio Cardenalicio, Joseph Ratzinger; el cardenal protopresbítero, Eugenio Sales de Araujo; el cardenal protodiácono, Jorge Arturo Medina Estévez; el que fuera secretario de estado, Angelo Sodano; el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini; el arcipreste de la basílica, Francesco Marchisano, entre otros.

También estuvieron presentes los "familiares pontificios" del Papa, es decir sus ayudantes más íntimos y el sustituto de la secretaria de Estado, el arzobispo argentino Leonardo Sandri.

Tras el cierre del ataúd, el féretro será llevado hasta la plaza de San Pedro en una solemne procesión encabezada por Ratzinger y Martínez Somalo, mientras los coros entonan "Libera me, Domine, de morte aeterna" (líbrame Señor de la muerte eterna).