Papa yace en cripta de San Pedro

El ritual se siguió al pie de la letra


Vaticano/Agencias
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El programa del Vaticano para los funerales del pontífice se desarrolló de acuerdo con lo estipulado. La inhumación del pontífice no pudo ser vista por los fieles que abarrotaron la plaza de San Pedro.

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Detalles de la misa

La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles fue hecha en español.

El sermón del cardenal Ratzinger fue en italiano y traducido al inglés y al polaco.

La misa se desarrolló en latín. La segunda lectura fue en inglés.

La homilía fue interrumpida con aplausos cuando Ratzinger mencionó a los jóvenes.

En 13 ocasiones se aplaudió durante la homilía, en la que el cardenal hizo una descripción de la vida de Juan Pablo II.

Al mismo tiempo que comenzó la misa en el Vaticano, dio inicio otra en Polonia, que comenzó con las campanas de Varsovia tocando a duelo y 26 disparos de cañón (uno por cada año de pontificado).


Joseph Ratzingera

Es decano del Colegio Cardenalicio y prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Es el miembro más antiguo del Colegio Cardenalicio.

Fue nombrado cardenal en 1977 por el papa Pablo VI y presidió este día la misa en el funeral de Juan Pablo II.

El último viaje del papa Juan Pablo II comenzó con una ceremonia íntima a la que asistieron los prelados de alto rango del Vaticano. Paso a paso, el funeral del pontífice se desarrolló según lo manda la tradición.

El primer paso fue la colocación del cuerpo de Juan Pablo II en un ataúd de ciprés y la lectura por parte del maestro de Ceremonias Pontificias, el arzobispo Piero Marini, del “Rogito”, un pergamino en el que está escrita la vida y las obras más importantes de Juan Pablo II.

Después, Marini y el secretario privado de Juan Pablo II, Estanislao Dziwisz, cubrieron con un velo de seda blanco el rostro del Papa.

El féretro fue sellado en presencia de un grupo de eclesiásticos, entre ellos el cardenal camarlengo, Eduardo Martínez Somalo, quien dio inicio al ritual con una oración en la que afirmó que estaban allí para cumplir un acto de piedad.

En el féretro fueron colocados una faltriquera de plata, varias medallas de bronce y unos pergaminos enrollados con anécdotas de su vida.

Unos minutos después de las 10 de la mañana, hora local, el ataúd con los restos de Juan Pablo II llegó a la plaza de San Pedro en los hombros de 12 “sediarios”, los antiguos portadores de la Silla Gestatoria.

La misa por el alma de Juan Pablo II duró un poco más de dos horas y media, y contó con la participación de al menos 160 de los 183 cardenales.

Tras un himno, concluyó la ceremonia de difunto de Juan Pablo II y el cuerpo fue trasladado hacia las Grutas Vaticanas. La inhumación, que no fue pública, se realizó únicamente ante unos pocos cardenales.



AP / LA PRENSA
DESFILE. El obispo Piero Marini permanece hincado frente al ataúd de Juan Pablo II mientras salen a la plaza los cardenales.

Jerarcas religiosos oran por su Santidad

L os líderes de las iglesias cristianas presentes en el Vaticano para el funeral del papa Juan Pablo II imploraron cada uno, de acuerdo con su rito, que Dios acogiera al pontífice en su seno.

En el último ritual, antes de poner fin a la misa y que el cuerpo fuera trasladado al interior de la basílica de San Pedro, el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini; el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I; el primado de la Comunión Anglicana, Rowan Williams, y el patriarca de los coptos, Stephanos Ghattas, y el de la Iglesia apostólica de Armenia, Karekin II, dirigieron sus ruegos a Dios por el alma del Papa como última recomendación y despedida, cada uno en su respectiva lengua oficial.

Ruini lo hizo en nombre de la Iglesia romana y suplicó a Dios que acoja “a nuestro Papa para que pueda contemplar eternamente el misterio de paz y de amor”. Los líderes de las otras iglesias imploraron el reposo eterno, recitando en griego.

La ceremonia se realizó en una plaza de San Pedro inundada de personas, la cual vista desde el cielo ofrecía un mosaico de colores: rojo, morado, blanco y negro.