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Más de 2 mil funcionarios presentes en la misa Frente a los ojos de los líderes del mundo mundo@laprensa.com.sv Presidentes, funcionarios, reyes y reinas de todo el mundo se unieron a la solemnidad que acompañó el último viaje del Papa. |
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Unos 2 mil 500 dignatarios de distintos credos y razas también inundaron la plaza de San Pedro. Cuatro reyes, cinco reinas y al menos 70 presidentes y primeros ministros asistieron a las exequias, que se extendieron durante tres horas, mientras cientos de miles de peregrinos llenaban el Vaticano. Entre las personalidades de todo el mundo estaban el rey de España, Juan Carlos I; el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, y el presidente de Brasil, Luiz Inacio “Lula” da Silva. El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, también estuvo presente junto con su esposa Laura, además de otros dos ex mandatarios de ese país: George Bush padre y Bill Clinton, y la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice. Las mayores autoridades del Estado italiano asistieron en su totalidad, con excepción del ministro del Interior, quien estuvo a cargo de coordinar el dispositivo de seguridad impuesto en la capital por la llegada de muchas personalidades. Latinoamérica estuvo representada por los presidentes de Bolivia, México, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. La realeza europea estuvo presente, en particular el príncipe Carlos de Inglaterra y el rey de España y su esposa, la reina Sofía. En la delegación española estaba también el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Mientras que los soberanos belgas, Alberto II y Paola, estaban instalados a la derecha del altar, no muy lejos del presidente de Ucrania, Víctor Yúschenko, del polaco Aleksander Kwasniewski y del sirio Bachar al Asad. Iglesias ortodoxas En la misa estuvieron representantes de todas las Iglesias ortodoxas, entre ellas el patriarcado de Moscú, los de Ucrania, Georgia, Serbia, Rumania, Bulgaria y Grecia, la Iglesia copta, la apostólica de Armenia, la ortodoxa de Etiopía y la de Eritrea. También la Comunión Anglicana, la Federación Luterana Mundial, las Iglesias reformadas y el Consejo Ecuménico de las Iglesias. Asimismo, el rabino jefe de Roma, Riccardo de Segni, el Congreso Hebreo Mundial y delegaciones de la Comunidad Islámica, del budismo, de los sij y del hinduismo.
Enemigos políticos se juntan en la explanada de San Pedro Detrás del telón del solemne rito del funeral hubo situaciones curiosas, muchas de tipo político, entre los mandatarios. Todos los presidentes y mandatarios fueron recibidos a la entrada de la plaza de San Pedro por el arzobispo James Harvey, prefecto de la Casa Pontificia, antes de tomar asiento. El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, tuvo el honor de ser el último en acceder al recinto, donde ya estaban instalados los demás. La muerte de Juan Pablo II tuvo el efecto de hacer compartir el acto a enemigos manifiestos, como el mismo Bush y el presidente de Irán, Mohamed Jatami, quien a su llegada besó afectuoso al sirio Bachir el Asad, otro que está en el punto de mira del país norteamericano. No faltó tampoco el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, a quien la Unión Europea tiene prohibida la entrada en los países miembros, pero que se benefició de la invitación formal de la Santa Sede y pudo desembarcar en Roma gracias a la aplicación del Pacto Lateranense entre el Vaticano y el Estado italiano. Otra particularidad de los asistentes al funeral del Papa fue la presencia del presidente de Taiwán, Chen Shui-bian. Esto le costó al Vaticano la ausencia de un representante oficial de China, que estaba disconforme con la invitación al mandatario de la isla vecina. Por Rusia acudió el primer ministro Mijail Fradkov, pero no el presidente Vladimir Putin, quizá para no incomodar al Patriarcado Ortodoxo de Moscú, cuyo titular, Alejo II, nunca tuvo buenas relaciones con Juan Pablo II y se negó siempre a que visitara su país. Tampoco hubo representación de alto nivel del Principado de Mónaco, que estos días vive su propio drama tras la muerte, el pasado miércoles, de Rainiero.
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