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Hubo un benedicto en
siglo xx Un bendito en 80 años El de Karol Wojtyla fue, con mucho, el pontificado más extenso del siglo pasado, en el que sólo hubo un Benedicto, nombre usado por primera vez en el año 575. |
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El alemán Joseph Ratzinger retomó un nombre solo usado tres veces en los últimos seis siglos de historia de la Iglesia Católica, el último de ellos, Benedicto XV, en los inicios del siglo XX. Benedicto, que en latín significa bendito, fue usado por primera vez en 575, y se hizo muy popular en el siglo X, cuando cuatro pontífices lo adoptaron. En el siglo pasado sólo Giacomo della Chiesa lo retomó, y aunque durante su pontificado se desató la primera guerra mundial, a la postre ha sido reconocido como el buen samaritano de la humanidad y el papa diplomático.
De hecho, Giacomo della Chiesa era diplomático, y durante la guerra declaró neutral a la Iglesia Católica, una actitud quizás muy contrastante con la de algunos de sus sucesores, quienes hasta hicieron alianzas con regímenes como los de Franco, en España, y Musollini, en Italia. Della Chiesa también es recordado por haber restablecido las relaciones diplomáticas del Vaticano con Francia, Portugal e Inglaterra, y promulgó un nuevo Código de Derecho Canónico en 1917. Su vocación diplomática le llevó a enviar un observador a la Conferencia de Paz que intentaba terminar la guerra mundial, y a brindar su apoyo a las decisiones del Tratado de Versalles. Entre los antecesores de Ratzinger en el uso del nombre, destaca Benedicto IX, quien ejerció el papado en tres períodos, de 1032 a 1044, luego brevemente en 1045 y en tercera vuelta de 1047 a 1048. Un largo reinado De los nueve papas del siglo XX, el más largo fue el del antecesor de Ratzinger, Karol Wojtyla, y el más corto el de Juan Pablo I. Con sus 27 años de administración, Juan Pablo II dejó muy atrás los apostolados de pontífices como Pablo VI, con 15 años, o de Pío XII, quien ejerción durante 19 años. Y fue Albino Luciani, Juan Pablo I, el antepenúltimo pontífice, quien pasó a la historia por su cortísimo papado, de 33 días. La continuidad de Karol Wojtyla El sucesor de Pedro enfrentará continuar, dialogar o defender sobre la línea dura del Vaticano en torno a las pautas políticas y sociales por las que luchó en vida Juan Pablo II, el papado de casi 27 años. Redacción de Mundo Conservador. El heredero del legado Juan Pablo II por excelencia fue el perfil que los 115 cardenales eligieron hoy en el Vaticano. Todas las predicciones daban como favorito al ex guardián de la Congregación para la Doctrina de la Fe vaticana (antigua Inquisición), cardenal Joseph Ratzinger, de 78 años, y decano del Colegio Cardenalicio para conservar la actual política vaticana. La mayoría espera que siga con la labor de Wojtyla en la defensa de los derechos humanos, la promoción de la paz mundial y el diálogo con otras religiones. El nuevo Pontífice tendrá que enfrentar la crítica al excesivo centralismo, el enorme poder de la curia romana y la falta de diálogo con los obispos y las bases. Bedenedicto XVI, el cardenal Ratzinger, deberá enfrentar la secularización creciente de la sociedad, en especial en el primer mundo, dolor de cabeza de Wojtyla. Conservador En los 70, la línea dura de la Inquisición romana criticó asiduamente al comunismo, el gran enemigo declarado de la Iglesia en el siglo XX. La misma pauta conservó Juan Pablo II, el papa polaco que luchó contra el comunismo ateo. Luego, ese anticomunismo marcó a todos los pilares del papado del papa Wojtyla, entre ellos el canon teológico liderado por Ratzinger. La fuerza de la organización ultraconservadora del Opus Dei desbancó la posición jesuita en el Vaticano, por las desviaciones en el Tercer Mundo y el compromiso con la Teología de la Liberación. Las opiniones de Wojtyla sobre materia de anticoncepción, sexualidad, aborto, derechos de las mujeres, homosexualidad fueron secundadas por el ahora Benedicto XVI. Ratzinger, líder de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se convirtió en custodio del dogma de la Iglesia frente a los herejes. En asuntos doctrinales, Ratzinger heredará una larga lista de polémicos temas pendientes que incluyen el celibato opcional de los sacerdotes, la mayor participación de las mujeres en la iglesia, el uso de métodos contraceptivos y del preservativo para prevenir el sida. En su última homilía, pronunciada el lunes durante la misa Pro eligendo Papa previa a la apertura del Cónclave, el nuevo Papa dejó clara su posición sobre la Iglesia que quiere y arremetió contra la dictadura del relativismo. Insistió en tener una fe clara, según el Credo de la Iglesia.
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