El cardenal Ratzinger, de 77 años y el miembro más antiguo del Colegio Cardenalicio, fue uno de los más estrechos colaboradores de Juan Pablo II.

Ratzinger es tildado de inquisidor por unos y de bondad hecha carne por otros. Aunque no ha hecho “campaña”, muchos le consideran papable. En cualquier caso, su opinión será decisiva en el desarrollo de las votaciones. Para contar con opciones sólidas, cualquier aspirante necesitará la bendición de este cardenal.

La relación entre Juan Pablo II y su “brazo teológico” fue siempre muy estrecha, pero con importantes discrepancias. El Papa, por ejemplo, era relativamente comprensivo con la Teología de la Liberación, cuya destrucción sistemática fue una campaña de Ratzinger.

El cardenal tampoco estaba de acuerdo con los gestos papales en favor del entendimiento con otras religiones, y le parecía excesivo el número de canonizaciones y beatificaciones. Desde que sufrió un derrame cerebral, en 1991, Ratzinger tiene problemas en la vista.