En Jocoro, Morazán, uno de los mayores devotos de la Virgen María Auxiliadora
es Joaquín Yescas, de 95 años, quien recibió la bendición papal en 2002.
Yescas tiene sentimientos encontrados por la muerte del Sumo Pontífice.
“Siento tanto que haya muerto, pero creo por supuesto que Dios lo
tiene bien, que lo va a recompensar por todas sus obras”, expresó
con evidente emoción este adulto mayor .
Cansado por los años y por una caída que le lesionó un pie, Yescas camina
lento, ayudado por un bastón, pero no desfallece en su fe y su servicio
en la iglesia, pues asiste a misa todos los días y reza con devoción el
rosario. “Cuando el Papa me mandó el cuadro con la bendición, sentí
una gran emoción, lo guardo como lo más preciado para mí y le agradezco
ese gesto conmigo y con otras personas que servimos con la mirada hacia
el cielo, sin esperar nada, como él”, dijo.