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George W. Bush reza
por el Papa mundo@laprensa.com.sv Al mandatario lo acompañó su esposa y los dos ex presidentes; su padre George W Bush y Bill Clinton. |
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El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, al lado de su esposa Laura, se arrodilló y rezó el miércoles por la noche en la basílica de San Pedro ante los restos mortales del papa Juan Pablo II, fallecido el sábado a los 84 años. Llegó acompañado de su padre, el ex presidente George Bush, y del ex mandatario demócrata Bill Clinton, así como de la actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice. Las dos mujeres llevaban un velo negro sobre la cabeza en señal de respeto. El presidente Bush permaneció en silencio menos de cinco minutos en la Basílica y se retiró saludando respetuosamente a los cardenales y obispos presentes, entre ellos el secretario particular de Juan Pablo II, el arzobispo polaco Stanislaw Dziwisz. Bush es el primer jefe de Gobierno extranjero que visita la capilla ardiente de Juan Pablo II, después de que el presidente de la República italiana, Carlo Azeglio Ciampi, y el primer ministro Silvio Berlusconi le presentaran sus respetos el pasado domingo en el Palacio Apostólico. Las relaciones entre el gobierno Bush y el Vaticano vivieron momentos de gran tensión cuando Washington decidió intervenir militarmente en Irak en marzo del 2003. El Papa criticó esta ofensiva, recibió a líderes mundiales para intentar evitar esta guerra y envió en vano emisarios a Bagdad y Washington. Bush se dirigió a la capilla ardiente nada más aterrizar en Roma. Mientras tanto, cientos de miles de peregrinos seguían esperando el privilegio de ver durante algunos segundos al Papa durante horas, en una fila interminable que se extendía varios kilómetros y colapsaba buena parte de la ciudad. Está previsto que Bush mantenga reuniones con Ciampi y Berlusconi, uno de sus grandes aliados en Irak, el jueves, aunque la agenda oficial del mandatario no ha sido dada a conocer. El viernes, el presidente estadounidense asistirá con su esposa y el resto de la delegación norteamericana al solemne funeral por Juan Pablo II, al que se espera acudan cerca de 200 dignatarios de todo el mundo.
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