La campaña silenciosa

Roma/AP, Reuters
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Los cardenales no piden los votos a los fieles, pero se muestran públicamente haciendo uso de cualquier recurso, incluso la web.

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Juan Pablo II se llevó nombre de cardenal

 

El nombre del cardenal in péctore designado por Juan Pablo II en el consistorio de octubre de 2003 nunca se conocerá, dado que no lo transmitió antes de morir ni lo dejó escrito en ningún documento.

Así lo confirmó hoy el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, que señaló que, en este caso, “no existe” el purpurado in péctore.

Esta singular categoría concede al papa la prerrogativa de mantener en secreto la identidad de uno o más cardenales de los que haya nombrado, de tal forma que ni siquiera el propio interesado lo sepa.

Para que el cardenal secreto pudiera participar en el cónclave que elegirá al pontífice, Juan Pablo II tendría que haber anunciado su nombre en vida y que este tuviera menos de 80 años.

El Vaticano estableció que la fecha de inicio del cónclave del que surgirá el nuevo papa será el 18 de abril próximo. Los purpurados ya están en campaña, una campaña silenciosa, ya que la tradición dice que el cardenal que entra convencido de que será el próximo papa sale cardenal.

El cardenal Tarcisio Bertone, arzobispo de Génova y según los expertos candidato papal, saludaba el martes a los feligreses frente a la basílica de San Pedro.

El cardenal Bertone, ex alto dignatario del Vaticano que asumió su cargo en Génova en 2002, estrechó las manos de muchos fieles, abrazó a un mochilero y dio palabras de estímulo al público que aguardaba largas horas para ver el cuerpo de Juan Pablo.

Bertone no estaba precisamente buscando votos, puesto que los peregrinos no votan en un cónclave. Pero estaba mostrándose públicamente, uno de los modos más sutiles en que los cardenales pueden influir en una elección papal ya que está muy mal visto hacer campaña abiertamente.

El cardenal Renato Martino, que dirige el Consejo Pontifical de Justicia y Paz, en el Vaticano, también hizo relaciones públicas ayer al distribuir a los reporteros por correo electrónico copias de sus antecedentes.

Otros como el arzobispo de Bombay, cardenal Iván Dias, hace uso de páginas web interactivas para hablar a sus fieles. “Plantead vuestros ruegos, objetivos y agradecimientos y el cardenal Ivan Dias los planteará en la oración”, dice la web.

Otros potenciales papas, como el cardenal austríaco Christoph Schoenborn, publican sermones, ensayos y citas favoritas en línea (www.stephanscom.at), mientras que los fans de algunos de los príncipes de la Iglesia han creado web no oficiales para promoverlos.



América Latina ora por su papa

La brasileña Gloria Daltío esperó horas para llegar hasta la capilla ardiente de Juan Pablo II en la basílica de San Pedro con una oración bien meditada: un papa latinoamericano que represente a la región que bate récords mundiales de católicos y donde ser creyente “no da vergüenza”.

Algunos metros más lejos, la voz con acento peruano de Alicia Delgado se hace oír entre los cánticos de alabanza. “Tenemos que rezar para que el siguiente papa siga al lado de los pobres y sea de nuestra tierra, si es posible”, recalca.

Entre los 117 cardenales que tendrán derecho a voto en el cónclave, 21 son de Latinoamérica. Los nombres de los arzobispos de Tegucigalpa, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga; de Ciudad de México, Norberto Rivera; de Buenos Aires, Jorge Bergoglio; y de Sao Paulo, Claudio Hummes, suenan con insistencia en la prensa y entre los vaticanistas como papables.

Sin embargo, teólogos y expertos parecen concordar en que la región aún no está lista para alumbrar a un papa.

“Son los candidatos de los periodistas, pero no los candidatos que tienen en mente los cardenales”, aseguró el arzobispo argentino Marcelo Sánchez, de la Academia de Ciencias del Vaticano.