De nada valdrían los llamados del Papa a construir un planeta más justo, un mundo “que parta de la dignidad de la persona humana”, si los gobernantes no valoran “el trabajo, la dignidad del trabajo, un mundo sin prepotencia”; esa es una de las conclusiones que José María Tojeira, rector de la UCA, sostiene sobre la vida y el aporte que dio al mundo el Papa .

Junto con otros sacerdotes jesuitas y alumnos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), Tojeira rindió ayer un tributo a Su Santidad, dirigiendo la celebración de la eucaristía.

“El Papa ha sido un ejemplo de cómo debe enfrentarse una persona al mundo moderno”, razonó el sacerdote ante el grupo de feligreses ayer en la parroquia del campus universitario.

El rector de esa universidad les recordó a los feligreses que si bien el hecho de la muerte del papa fue algo “doloroso, al mismo tiempo a nosotros nos gusta más agradecer la vida”.

Tras el lamento por la partida de Juan Pablo II, Tojeira aseguró que “la vida del Papa estuvo llena de orientación, de mensaje, de mostrar la fuerza del evangelio, la palabra de Dios en el mundo”.

Aparte del voto de fiel obediencia, los jesuitas le guardan una fiel devoción al papa.

Pacificador

En su momento, el Papa se opuso a guerras, las calificaba como “una derrota de la humanidad”, recordó el sacerdote en su homilía.

El Papa se oponía a la guerra, pero también era un férreo opositor de los problemas que, normalmente, afectan a las personas del tercer mundo, de Latinoamérica: la pobreza y la injusticia social.

Se oponía a lo anterior, “pero además a la corrupción política, a las drogas”, enumeró Tojeira. Juan Pablo II será enterrado el viernes.