Extremo operativo de seguridad por aire, mar
y tierra mundo@laprensa.com.sv Ante más miles de peregrinos y unos 200 dirigentes mundiales que despiden a Juan Pablo II, la capital italiana teme posible ataque terrorista. |
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Casi habría que pedir una oración por los organizadores del funeral del papa Juan Pablo II. No solo tienen que afrontar las dificultades prácticas que implican intentar acomodar a millones de personas que también quieren estar presentes en el sepelio, sino que deben demostrar auténticas habilidades diplomáticas para organizar la presencia de unos 200 líderes y dignatarios mundiales, muchos de los cuales no se llevan precisamente bien entre sí. Aunque ya se ha resuelto el “problema cubano”, dado que Fidel Castro no acudirá al sepelio, en el Estado vaticano se reunirán presidentes como el estadounidense, George W. Bush, y “enemigos” declarados como su colega iraní, Mohamad Jatami, o el sirio Bashar al Asad. Entre las preguntas con las que tienen que lidiar los funcionarios italianos está la cuestión de cuál es la distancia mínima de seguridad que debería mantenerse entre los líderes de Irán y Siria y Bush. ¿Debería evitarse que el presidente de Israel, Moshe Katzav, y el ministro del Exterior Silvan Shalom estén tan cerca del primer ministro palestino, Ahmed Qureia, o del presidente sirio, Bashar al Asad? Temor a ataque Siempre existe el riesgo de un atentado terrorista o de un acto individual de locura que podría provocar el pánico y una estampida en una plaza de San Pedro que va a estar muy, pero que muy concurrida. “Esto es una pesadilla”, admitió, bajo condición de anonimato, un funcionario del Ministerio italiano del Exterior. Para las fuerzas de seguridad rige el estado de alerta máxima. Habrá 15 mil policías y soldados en acción. El espacio aéreo será cerrado y en el centro de Roma no podrá circular ningún vehículo. Sobre los tejados habrá apostados tiradores de precisión y en las aguas del Tíber nadarán buzos de la Policía, y aviones militares sobrevolarán Roma. “Medidas de seguridad sin precedentes”, dijo el ministro del Interior Giuseppe Pisanu. El jefe de Policía Marcello Fulvi aclaró que de momento no había recibido “indicios precisos” de posibles ataques. |