Obispo prevé un proceso rápido
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El secretario de la congregación de la causa de canonización del Vaticano avala una proclamación “rápida” de Juan Pablo II como santo. Toda Italia habla de lo mismo y los medios de comunicación se ocupan de que la llama no se extinga, reafirmando la evidente voluntad del Vaticano de que Juan Pablo II sea santo lo antes posible. Ayer, en una entrevista concedida al matutino “Corriere de la Sera”, el arzobispo Edward Nowak, secretario de la Congregación de la Causa de los Santos fue más explícito de lo que lo haya sido cualquier miembro de la curia hasta el momento sobre la posible canonización del Papa: “El próximo octubre se reúne en Roma el sínodo de los obispos, y aquella, por ejemplo, podría ser una ocasión justa para una proclamación como esa”, se atrevió a adelantar el obispo, que remarcó el valor de la “aclamación popular”, reflejada en la masiva peregrinación de millones de fieles ante el cadáver del Papa y en los gritos de “Santo, santo”, el día de su funeral, como elemento esencial para impulsar el proceso. En cuanto al requisito de que se certifiquen al menos dos milagros atribuibles a Juan Pablo II después de su muerte (ver recuadro), el obispo se mostró tan entusiasmado con el tema como en días anteriores lo hicieron otros estrechos colaboradores de Wojtyla, como Angelo Sodano, que lo calificó el domingo 3 (ver nota aparte) como Juan Pablo II “el Grande” —un apelativo solo dado a los pontífices que han sido canonizados. Por la vía rápida “Basta uno (milagro) para la beatificación y otro para la canonización, pero si las ‘señales’ son tantas todos los días, como se está escuchando, no será difícil que los haya nuevos”, dijo Nowak. Según el obispo, es “verosímil” una canonización “rápida”, a pesar de que diversos vaticanistas, como Orazio Petrosillo, de “Il messaggero”, habían anticipado días atrás que la canonización de un papa suele ser más lenta de lo normal por la cantidad de escritos y alocuciones públicas que se deben analizar para valorar su mensaje doctrinal. “Esa es una idea equivocada”, atajó específicamente Nowak. “En realidad, la vida de un papa se desarrolla ante los ojos de todos, y por ende, la recogida de información es mucho más fácil. Todo el mundo ha visto cómo ha muerto, todos hemos sido testigos de su virtud heroica”, es decir, la capacidad de vivir el modelo de Cristo más allá de las debilidades humanas, uno de los principios de santidad que considera el Vaticano, añadió. |