�EL FUTURO PAPA? Mientras deciden qui�n es el nuevo papa, los cardenales no se ponen de acuerdo sobre si la beatificaci�n del difunto Juan Pablo II debe hacerse por la v�a r�pida o no.
Cardenales divididos por beatificación

Roma/EFE, AFP
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Varios cardenales han enviado una carta en la que piden al futuro papa que agilice la beatificaci�n de Juan Pablo II, pero no todos concuerdan.

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Santos por v�a r�pida
En la historia de la Iglesia cat�lica ha habido santos en tiempo r�cord.

Eso fue lo que ocurri� en el caso de la Madre Teresa de Calcuta, cuyo proceso de beatificaci�n se abri� solamente 18 meses despu�s de su muerte, en lugar de los cinco a�os que prev� la Constituci�n Apost�lica promulgada por el propio Juan Pablo II en 1996.

Antes del papa polaco, Juan XXIII y P�o XII ya hab�an llevado a cabo procesos de beatificaci�n r�pida.

Entre los cardenales que no han firmado la petici�n de beatificaci�n r�pida de Juan Pablo II hay quienes no cuestionan la idea de una beatificaci�n, sino que dudan de la competencia de la congregaci�n de cardenales, un organismo provisional, en la materia.

Otros purpurados, seg�n la prensa, consideran que no conviene realizar “ninguna presi�n” sobre el futuro papa.

Un grupo numeroso de cardenales ha suscrito una carta en la que solicita al futuro pont�fice la beatificaci�n “en un tiempo breve” del fallecido Juan Pablo II, seg�n informa hoy el diario italiano “Corriere della Sera”.

El peri�dico asegura que la misiva “ya est� en manos del cardenal Joseph Ratzinger”, el decano del Colegio Cardenalicio, despu�s de haber sido firmada por “muchos, pero no todos” los purpurados.

En la carta, siempre seg�n el rotativo, piden al futuro pont�fice que “acelere” en la medida de lo posible la beatificaci�n de Juan Pablo II, despu�s de que durante su funeral fuera aclamado con gritos de “santo ya” por la multitud.

El mensaje de los prelados ser� entregado por Ratzinger al sucesor del papa Wojtyla, que ser� elegido en el c�nclave que comenzar� el pr�ximo lunes.

La discordia

Pero no todos los purpurados son tan optimistas. Algunos dudan de la espontaneidad de la aclamaci�n popular de la canonizaci�n de Juan Pablo II expresada durante el funeral por la muchedumbre concentrada en la plaza de San Pedro, revela este martes el vaticanista del diario “Corriere della Sera”.

Entre los cardenales, la idea de que el grito de la multitud —“Santo, santo, santo”— no sea “para nada espont�neo” empieza a cobrar fuerza, explica Luigi Accattoli, citando a un “interlocutor” que pidi� anonimato.

Una muestra de esta manipulaci�n, seg�n �l, son las banderas con el lema “santo ya” que ya hab�an podido verse en medio de la larga fila de peregrinos en los d�as anteriores a los funerales. Luego, el d�a de las exequias estaban tambi�n en varias plazas de Roma: “O sea que todo no era espont�neo”.

Para el interlocutor del vaticanista, “es poco probable que se ignore el proceso (de canonizaci�n) previsto por la ley”, lo que no impide “acelerar los plazos”.


Las millonarias cifras de unas exequias históricas

Tres millones de fieles acudieron a Roma con motivo del fallecimiento de Juan Pablo II, según datos ofrecidos por el Vaticano, que precisó que 1 millón 100 mil asistieron al funeral del 8 de abril y que 169 delegaciones extranjeras estuvieron presentes ese día en la plaza de San Pedro.

Según el Vaticano, 500 mil fieles asistieron a la plaza de San Pedro y a la “Vía de la Conciliazione” a la misa fúnebre. Además, asegura que 600 mil siguieron la misa a través de las grandes pantallas de televisión instaladas en las plazas de Roma.

Añade que 21 mil personas entraron por hora en la basílica de San Pedro para visitar la capilla ardiente.

En estos días, el Vaticano acreditó a 6 mil periodistas de todo el mundo y se conectaron 137 televisiones de 81 países.

Radio Vaticano transmitió el funeral en siete idiomas y 1 millón 300 mil personas visitaron el sitio de internet del Vaticano durante las exequias papales, con una punta de 54 mil conexiones a la vez.

Prestaron servicio 8 mil voluntarios, 2 mil boyscouts, 12 mil agentes del orden, de ellos 530 en los aeropuertos romanos.