El juego de intrigas del precónclave gira en este momento alrededor del conservador cardenalalemán Joseph Ratzinger.

or lo que se escucha en los corrillos periodísticos de Roma y de lo que se proclama en las páginas de los principales periódicos italianos, a través de los gruesos muros del Vaticano se oyen voces que señalan ya con absoluta claridad a un favorito para suceder a Juan Pablo II: el alemán Joseph Ratzinger.

El “Corriere della Sera” mencionó ayer en sus primeras páginas que el destacado teólogo y presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe cuenta ya con el voto de 40 cardenales. También ayer, “La Repubblica” iba más allá y le atribuía incluso 50 de los 115 votos del cónclave.

Pero para nombrar al nuevo pontífice debe darse en el cónclave una mayoría de dos tercios, y Ratzinger, que si bien es de los cardenales más carismáticos y de los que mayor proyección alcanzaron durante el papado de Juan Pablo II, es considerado demasiado conservador por gran parte de la curia.

“De la congregación general del martes por la mañana se han filtrado dos indiscreciones que confirman la idea de primera clarificación a favor o en contra de Ratzinger”, escribía ayer Luigi Accattoli, vaticanista de “Il Corriere”.

Según él, “el hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga ha hablado un lenguaje de innovación, similar al usado el lunes por el cardenal (Carlo María) Martini; el estadounidense de la curia, Francis Stafford, ha insistido en cambio en la defensa de la doctrina de la fe”.

Las otras opciones

Si el elegido no es Ratzinger, que el sábado cumple 79 años y sería considerado, por su edad, un papa de transición, todos los vaticanistas señalan como favorito al nigeriano Francis Arinze, cuyo perfil satisfaría a quienes insisten en que es momento ya de un papa “del Tercer Mundo”.

En cuanto a la “opción latinoamericana”, en estos momentos en que los cardenales se revisan el currículo unos a otros, se está asentando la imagen de que los cardenales latinoamericanos tienen poca obra escrita, y que su labor pastoral no cuenta con el respaldo de textos doctrinarios o teológicos. Se dice que en estos días hay un intenso intercambio de libros entre los cardenales, y no falta quien se ocupa de notar que pocos llevan el nombre de los americanos.

El nicaragüense Miguel Obando decía ayer que el Espíritu Santo “tiene un papel importante en la elección. Por eso seguiremos orando”. Mientras oran, todo apunta a que esta semana ese espíritu está haciendo labor adelantada.