La curia y el Gobierno hondureño se preparan para el ambiente posterior al cónclave que involucrará al cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, considerado uno de los favoritos para suceder a Juan Pablo II.

Diversos informes indicaron a LA PRENSA GRÁFICA que se ha formado una comisión, cuyo objetivo es planificar las actividades a desarrollar en dos sentidos: el primero, si el arzobispo de Tegucigalpa tiene que quedarse en el Vaticano porque es elegido papa, en cuyo caso habría que determinar cuestiones como la comisión hondureña que asistiría a Roma.

El otro es si vuelve a su país tras la reunión de cardenales. En este caso habrá que preparar los actos de recibimiento al cardenal Rodríguez Maradiaga.

“Si usted le pregunta a los mexicanos, argentinos o colombianos cómo van a recibir a su cardenal cuando regrese, le dirán que con todo el corazón, y es lo mismo en Honduras”, contestó Juan José Pineda, vicario general de Tegucigalpa y quien según fuentes cercanas a la comisión forma parte de ella junto con el vicecanciller hondureño, Mario Fortín.

Al ser consultado sobre la comisión, Pineda explicó que “tenemos que prever qué va a ocurrir con él”.

Las declaraciones de los sacerdotes de la diócesis son todas parecidas, y se rehúsan a llamar comisión a la que se ha formado. Según explicó una fuente cercana al grupo, esto se debe a que temen que los medios de comunicación deformen las intenciones del equipo.

De hecho, la Nunciatura Apostólica, encargada de mediar entre la Santa Sede y el país centroamericano, no brinda declaraciones a los medios de comunicación, y ha pedido a la arquidiócesis de la capital que se encargue de atenderlos.

Una agenda apretada

El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga envió ayer un mensaje a los jóvenes, que fue leído en la iglesia del colegio salesiano San Miguel de Tegucigalpa. En el escrito se hablaba de la “pobreza material y económica del país”.

De hecho, en caso de regresar a su país, una agenda relacionada con la pobreza espera al arzobispo de Tegucigalpa. Poco después de la partida de Rodríguez Maradiaga al Vaticano, la secretaria particular del cardenal desde hace 19 años, María Morazán, declaró a este periódico que lo espera “un proyecto de vivienda para los pobres que, de momento, dejó encomendado a sus vicarios”.

Clamor por palabras de Rodríguez

Los cerca de 150 jóvenes del colegio San Miguel que escucharon ayer las palabras que desde Roma les enviaba el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga dejaron salir un prolongado aplauso desde que se mencionó el nombre del remitente de la misiva.

Al terminar la lectura que, entre otros mensajes decía “recen por mí”, los estudiantes del colegio salesiano San Miguel marcharon hasta la Universidad Católica donde se juntaron con estudiantes de esa institución.

Ambos grupos emprendieron su caminata final rumbo a la basílica de Suyapa, donde se ofició la misa final del novenario con el que se conmemoró la muerte de Juan Pablo II.

“Esta es solo una de las tantas, pero aquí por Suyapa es mejor ya no pasar”, recomendó un taxista en relación con las aglutinaciones que se han vivido en esa zona.

Ahí se celebraron todas las misas del novenario, y en los casos de mayor convocatoria llegaron a presentarse más de 2 mil personas.