El obispo auxiliar pide a católicos orar por cónclave
mundo@laprensa.com.sv Unos 800 católicos llegaron a la Basílica del Sagrado Corazón para agradecer por el tiempo en que Juan Pablo II fue pastor de la Iglesia y para orar por el cónclave. |
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Una vez más, cientos de católicos salvadoreños se reunieron en honor de Juan Pablo II. Esta vez fue para conmemorar el novenario de su fallecimiento. La misa fue celebrada en la Basílica del Sagrado Corazón, en el centro capitalino, y fue dirigida por el obispo auxiliar de San Salvador, monseñor Gregorio Rosa Chávez, quien fue acompañado por el párroco de la basílica, monseñor Cristóbal Cortez, y el encargado de la parroquia La Merced, monseñor Roberto Torruella. Durante la homilía, rodeado de margaritas blancas, un cirio y dos retratos de Juan Pablo II, monseñor Gregorio Rosa habló con cercanía sobre el último jerarca de la Iglesia católica. Sus palabras fueron aceptadas y compartidas por los aproximadamente 800 feligreses que llegaron al templo que tiene capacidad para albergar a unas 1 mil personas. Rosa Chávez destacó como una virtud importante de Juan Pablo II su cercanía con los pueblos pobres de América Latina. También recorrió los hechos más importantes de su pontificado hasta el momento en que “no quiso ocultar que estaba sufriendo”, en referencia al estado de salud del pontífice en sus últimos días de vida. En el sermón hubo una mención especial acerca de los gestos amistosos que el Papa dedicó a monseñor Óscar Romero, el obispo de San Salvador asesinado en 1980. Rosa Chávez narró a la feligresía la ocasión en que él, junto al actual arzobispo, monseñor Fernando Sáenz Lacalle, visitó el Vaticano. Juan Pablo II, luego de preguntar por la vivencia de Romero en El Salvador, exclamó: “Él era un mártir”. Tras la celebración, varios de los presentes agradecieron haber escuchado las anécdotas acerca de la niñez de Juan Pablo II y su pensamiento sobre El Salvador y Romero.
“Nunca hubo tanta presión en un cónclave” Las últimas palabras que dijo monseñor Gregorio Rosa en la misa novenaria que se celebró ayer para Juan Pablo II reflejaron el anhelo de la mitad de la Iglesia católica en el mundo. “Ojalá que la decisión del Espíritu Santo sea la misma que la de nuestras predicciones”, dijo en referencia a la posibilidad de que el próximo pontífice sea de Latinoamérica, donde está congregado el 49.8% de los feligreses de todo el planeta. Tras la ceremonia, y después de corresponder con paciencia al saludo de varios fieles, el obispo auxiliar de San Salvador habló de los retos que deberá enfrentar el nuevo representante de Cristo en la tierra, según la fe católica. “La misión es que esté a la altura de Cristo y sus retos serán el liderazgo en un momento de crisis, que logre ser sensible, como Jesús, a los pobres y que logre entender lo que Dios y el mundo están diciendo a la Iglesia”, resumió. Además demostró confianza en el cónclave y lo consideró un momento histórico de la Iglesia católica. “La elección será fruto de todo un diálogo entre los cardenales con Dios y de ellos entre sí. Nunca antes hubo tanta presión en un cónclave por las necesidades de misericordia y representatividad de la Iglesia en el mundo”, consideró. También mencionó que fue de sumo agrado para él ver que en los medios informativos del mundo se menciona a América Latina entre los papables. “Eso llena de gozo”, puntualizó. |