De la mano de Rodríguez Maradiaga Periodistas, sacerdotes y fieles hondureños acompañan en el Vaticano la elección que podría arrojar un papa de su país. |
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Las banderas de Honduras ondean en San Pedro. Media docena de periodistas, algunos sacerdotes y un número indeterminado de fieles pasean esta semana por la plaza pública vaticana con los dedos cruzados. “Por primera vez hay posibilidades de un papa de Latinoamérica... y ya no digamos si es hondureño”, se justificaba a media tarde Antonio Ribera, quien pidió dos semanas de vacaciones en su trabajo para estar ayer, con su hermano y sus respectivas esposas, en Roma. “La verdad es que si no fuera porque se dice que el cardenal (Rodríguez) Maradiaga tiene posibilidades no habría venido, pero ahora ya estamos aquí, y nos quedaremos hasta que haya fumata blanca”, confiesa Ribera, que asegura haberse encontrado con varios hondureños que también llegaron a Italia el fin de semana pasado. Luis Fuentes, un periodista de “La Prensa” de Honduras, había entrevistado a muchos de ellos y se dedicaba anoche a preguntar a informadores de otros países por las opciones del cardenal salesiano de Tegucigalpa. “¿Qué opinas? ¿Puede ser papa?”. “Es difícil”, obtenía a menudo como respuesta. Aún así, después de la confusa fumata negra, el revuelo en la delegación hondureña tardó en apaciguarse. Visiblemente excitado, Ribera se limitaba a decir: “Qué susto... Susto y medio”. “No le molesta” Menos febril pero sin ocultar su ilusión, Antonio Salinas, un sacerdote que trabaja con el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga desde hace 25 años, asegura que el hondureño entró al cónclave “sereno”, después de la misa que ofició el pasado domingo en la iglesia de Santa María Máter Dei. “No pensaba ir, fue una decisión de última hora, pero una vez allí hizo una homilía centrada en el cónclave, e insistió en que no se podía comparar a una votación política”, explica. Considera sobre el perfil del nuevo papa que, “tras un pontificado tan grande en tiempo y hechos”, a la Iglesia le hace falta “alguien con un sentido de lo que es la historia presente”. Salinas no duda en considerar a su mentor como una opción. “Es un hombre preparado. Dios nos ha bendecido con un hombre rico en virtudes humanas. Sería un candidato capaz, adaptado a su tiempo”, dice del también arzobispo de Tegucigalpa, Rodríguez Maradiaga. Por último, sobre el fenómeno mediático en que se ha convertido en la región centroamericana el cardenal hondureño, Salinas asegura: “A él no le molesta ni le hace tampoco sentirse especialmente cómodo. Lo ve simplemente como parte de su servicio a la Iglesia, y en esa línea tiene claro que seguirá entregándose, adelante... hacia donde Dios lo lleve”.
No creo que vaya a ser papa El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga podrá ser muchas cosas: un defensor de los pobres, un orador carismático, músico y políglota. Pero una cosa que dice no ser es el sucesor de Juan Pablo II. Yo no creo que vaya a ser el próximo papa, dijo Rodríguez Maradiaga a Reuters el domingo, poco antes de recluirse en la Casa Santa Marta. Yo quiero solamente seguir sirviendo a mi país y especialmente a los pobres, agregó. Pero no todos coinciden con Rodríguez Maradiaga. El arzobispo de Tegucigalpa integra el selecto grupo de cardenales vistos como candidatos a liderar la Iglesia.
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