CON EL PAPA. El cardenal Óscar Andrés Rodríguez fue investido como cardenal por el papa Juan Pablo II en 2001. Después, lo visitó en varias ocasiones.
Parientes de papable no siguieron el cónclave

Óscar Martínez

La expectativa mundial se quedó afuera. No entró a la casa de los familiares del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, quienes vivieron un día normal.

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La inquietud la viven los periodistas allá afuera.”
Raquel Rodríguez Maradiaga, hermana del cardenal de Tegucigalpa.

Es que uno tiene cosas que hacer, la televisión no era mi prioridad para este día.”
Hortensia Rodríguez, hermana del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.

El humo negro salió ayer de la chimenea del Vaticano y un gran número de feligreses concentrados en la plaza de San Pedro respiraron de nuevo. Lejos de la algarabía, la familia del papable hondureño, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, vivió una jornada que, por ser tan cotidiana, resultó inusual.

“Quizá creen que estamos pegados a una pantalla gigante esperando que digan si tío Óscar será o no el nuevo pontífice”, especuló Raquel Rodríguez, una de las sobrinas del cardenal que, junto con su madre, Hortensia, recibieron a LA PRENSA GRÁFICA en su casa.

“Tranquilos”, calificó Raquel. “Normal”, acompañó Hortensia. Y, visto el día, no queda más que creer. La hermana mayor del cardenal salió temprano de su casa a la escuela Arroyo, un centro del Opus Dei donde colabora. Ya de regreso en su vivienda, tiempo después, Luis Mendoza, su otro hijo, le llamó para preguntarle si había visto. “No”, contestó Hortensia.

Entonces, Luis se vio obligado a explicarle que humo negro era el que había salido de la chimenea. “Es que uno tiene cosas que hacer”, explica ella, tras aclarar que la televisión no había sido su prioridad del día.

“La inquietud la viven los periodistas allá afuera”, dice Raquel. Luego del comentario, la conversación se pierde en las anécdotas que algunos de los 39 periodistas internacionales, que según el Arzobispado han llegado a Tegucigalpa en las últimas semanas, los han hecho pasar.

A Hortensia, la han esperado afuera de las misas a las que asiste, incluso afuera de la escuela donde colabora, de la que “quién sabe cómo se enteraron”.

Recuerda también cómo hace unos días, una periodista italiana aprovechó al ver el portón abierto e ingresó a la casa donde el cardenal vive junto con su secretario privado, Juan Pineda, y el director del canal católico 48, José Jesús Mora. “De hecho, los dos guardias de seguridad de la casa tuvieron que pedirle que se fuera”, rememora Hortensia.