Ratzinger despierta expectativa

José Luis Sanz/CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS
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Roma recibió al nuevo pontífice con una oleada de bocinas y expresiones de júbilo. Para muchos, por fin, del Vaticano salía un motivo de alegría después de más de una semana de luto por Juan Pablo II.

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La plaza de San Pedro guardó un extraño silencio tras el aplauso inicial que siguió al anuncio del nombre del nuevo pontífice.

“Ya ha decidido el Espíritu Santo”, afirmó casi de inmediato una joven española, con evidente gesto de felicidad. A su lado, su madre sacudía la cabeza con gesto de duda y rostro inexpresivo: “No era exactamente lo que esperábamos”. “No puedo creerlo”, reaccionó a los pocos metros un estadounidense.

Los aplausos y los vítores a Benedicto XVI no tardaron en regresar. “Era el favorito, ¿no?”, resolvió un joven italiano. No lejos, una mujer lloraba en silencio con el rostro compungido. “Es un hombre culto y rígido... y que sea rígido es muy bueno para tratar a los jóvenes”, se alegraba Paola Angelini, una anciana romana.

Daniel, un veinteañero alemán de Colonia, se mostraba optimista: “Es un buen hombre. Creo que hará exactamente lo mismo que Juan Pablo II, sin cambios... e incluso es posible que sea más liberal como papa de lo que lo fue como responsable de la Doctrina de la Fe”. “Su trabajo era decir lo que está bien y lo que está mal, y eso es molesto, pero necesario”, apuntaba Miguel Ángel, un joven peregrino español.

Con cerca de 45 años, los hermanos gemelos alemanes Franz y Johannes Demmer se mostraban satisfechos, sobriamente felices, mientras explicaban casi a coro: “Es maravilloso, una señal del Espíritu Santo. El lunes, en la misa, Ratzinger anunció su programa como Papa, y te aseguro que es lo suficientemente fuerte como para hacer cambios. Solo un hombre fuerte, en carácter y principios, es capaz de hacer cambios”.

A pocos pasos de la plaza, Alessandro, un joven de unos 30 años, homosexual y gerente de un cibercafé, se desentendía: “No lo conozco... pero, bueno, me alegro, hay nuevo papa”, y guiñaba el ojo con gesto de complicidad.

Los que no celebran

Lejos del Vaticano, las reacciones eran de emociones encontradas.

“Como ocurre con el presidente de Estados Unidos, hay que concederle al nuevo Papa cien días de aprendizaje”, afirmó ayer el teólogo suizo Hans Kueng, impedido para enseñar Teología por el Vaticano hace 25 años en la Universidad de Tubinga, al sur de Alemania.

entre tanto, el movimiento católico contestatario alemán Somos Iglesia pidió a Benedicto XVI que asuma “urgentemente la tarea de llevar adelante un diálogo al interior de la Iglesia y no de concentrar todo en la persona del Papa”, según declaró su portavoz, Christian Weisner.

“Tenemos la esperanza de que el Papa encuentre el valor de adoptar sus decisiones no desde sus propios temores, sino recordando con el Espíritu Santo el Concilio Vaticano II, en el cual él mismo participó”, afirmó Weisner.

El vocero no ocultó su sopresa por lo corto del cónclave que culminó ayer. "Hubiera preferido que se discutiera más sobre la posibilidad de encontrar un candidato que estuviera más en el centro y no tan claramente en una posición como la que Ratzinger predicó precisamente ayer", dijo.